Mexicanos de entre 22 y 38 años, especialmente los que no tienen empleo, son víctimas de los fraudes digitales, también conocidos como “montadeudas“.
Con el aumento de la digitalización y el uso de teléfonos celulares, los estafadores cometen delitos a través de aplicaciones móviles ofreciendo préstamos exprés que después de un tiempo cobran con altos intereses y en casos extremos, con violencia.
Defensa del Deudor, una organización civil que da asesoría legal gratuita, dijo a Expansión que en los últimos meses ha recibido miles de solicitudes de asesoría por día.
“Las denuncias ante la autoridad no son nada comparado con la cantidad de solicitudes de ayuda que nos llegan todos los días. El 80% de las asesorías que hemos dado en 2022 son por (fraudes en) aplicaciones, en 2020 el porcentaje era de 40%”, dijo en entrevista Ángel González Badillo, director de la organización.
Consideró que desde la pandemia, el mercado potencial de estas aplicaciones aumentó debido al gran número de personas que se quedaron sin empleo. En 2020, se perdieron 647,710 empleos registrados ante el IMSS.
“Ven la aplicación como una solución y entendamos que la gente que pide dinero a las aplicaciones no tiene dinero, es la población más desfavorecida, gente que no tiene empleo o que gana muy poquito. Le pide a las aplicaciones 1,000 o 2,000 pesos para completar su renta, para comprar medicamentos o para comprar la despensa. No te puedes ir de viaje con lo que te presta una aplicación”, sostuvo.
Estas aplicaciones se descargan en tiendas digitales como Google Play y piden a los usuarios información personal como contactos o acceso a su galería de imágenes a cambio de préstamos que no pasan de los 10,000 pesos.
González Badillo añadió que muchos de los fraudes se cometen en aplicaciones que son autorizadas sin ser reguladas. “Es común que estas aplicaciones, aunque sean legales, utilicen un esquema de cobranza bastante violento, que no reconozcan los pagos que hace la gente, por ejemplo: personas que liquidan la deuda y las empresas dicen que el pago no ha caído”, explicó.
El experto agregó que no hay forma de solucionar el problema porque no existe una autoridad regulatoria, dejando al cliente indefenso y en algunos casos con afectaciones a su historial crediticio. La mayoría de estas empresas tampoco tienen un domicilio al que se pueda ir a reclamar bajo el argumento de que son digitales.
En el caso de apps ilegales el problema es aún más complejo: los desarrolladores son originarios de países como China o Taiwán y se dan a conocer en redes sociales como Facebook, por lo que la gente piensa que son confiables y las descargan.
Las aplicaciones, legales e ilegales, solicitan a los usuarios una serie de permisos entre ellos el acceso a la libreta de contactos, de imágenes o calendario, así como a la ubicación vía GPS.
“De inmediato descargan tu libreta de contactos y algunas aplicaciones ofrecen, por ejemplo, 91 días para liquidar la deuda, pero al quinto o sexto día comienzan las llamadas o los mensajes amenazantes diciéndole a la gente que tienen que pagar ya y resulta que los intereses no eran para nada los que señalaban al principio”, advirtió González.
Los extorsionadores usarán la lista de contactos para pedir a amigos y familiares que paguen esa deuda o para acusar a la persona de mal pagadora. Estas aplicaciones están diseñadas para que las deudas se vuelvan impagables y amenazan con mandar a sus clientes al buró de crédito. Sin embargo, eso es una mentira. Ninguna institución que no sea legal puede ponerte una marca negativa en el buró de crédito.
“Una aplicación ilegal no te puede reportar ante buró de crédito, no puede contratar los solicitudes de crédito porque le faltan requisitos para hacerlo, tampoco te puede demandar el pago porque no existe un documento para respaldar la deuda aunque sea digital”, destacó el especialista.
Como estas apps tienen acceso a la galería y contactos, los delincuentes pueden usar fotos para amedrentar a las personas o mandar mensajes amenazantes a los contactos del deudor.
¿Cómo prevenir caer en este tipo de estafas?
Defensa del Deudor recomienda a aquellos que van a solicitar un préstamo vía aplicación, que primero revisen si está registrada ante la Condusef . Si la firma está en ese padrón, puedes tener la certeza que habrá una dependencia que te asesore o respalde.
Para el caso de empresas fintech, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) tiene un registro de 34 empresas que cumplen con la normatividad. Si quieres consultar la lista, puedes entrar a este link .
Una red flag elemental es que pidan dinero por adelantado, argumentando que es para trámites legales o para investigar tu perfil.
También se puede consultar en este link el Portal de Fraudes Financieros. Se trata de una página, lanzada por la misma Condusef, en la que usuarios denuncian fraudes o estafas de empresas ilegales que se hacen pasar por otras haciendo ligeros cambios en los nombres.