Desde hace miles de años el jengibre es muy apreciado por sus propiedades, que le permiten ser utilizado tanto para usos culinarios como terapéuticos. Aquí te explicamos por qué y cómo puedes prepararlo para aprovecharlo al máximo.
Qué es
El jengibre es una planta perteneciente a la familia Zingiberáceas, pariente de otros ejemplares reconocidos como el cardamomo o la cúrcuma. Se aprovecha su rizoma, tallo horizontal subterráneo, por sus aroma fresco, sabor picante y variedad de propiedades. Se estima que su uso se remonta a 2500 años en China y durante el siglo XVI en India y Japón.
Cómo consumirlo
Puedes combinar rayadura de jengibre fresco con diferentes frutas, como manzanas, naranjas o melón. También puedes utilizarlo para sazonar pollos y pescados. Si no lo consigues fresco, puedes optar por su variable molida, algo más concentrada (1/8 de cucharadita equivale a una entera del fresco). Esta opción te permite sumarlo a tus batidos, jugos, aderezos o infusiones.
Beneficios
Aunque es un gran protagonista en la cocina, el jengibre no solamente se usa para preparar deliciosas galletas o dar sabor a las salsas, guisos o infusiones. También es un remedio eficaz para tratar o prevenir una gran variedad de afecciones. Aquí te contamos cuáles:
1. Combate los resfriados
El jengibre es rico en vitamina C, potasio y fósforo, por lo que fortalece el sistema inmune y ofrece protección contra virus y bacterias. Además, es diaforético, por lo que promueve la sudoración y el calor corporal. Para consumirlo, mezcla entre 20 g. y 30 g. en una taza de agua hirviendo, déjalo reposar y luego agrega miel o limón a gusto.
Por su contenido vitamínico y mineral, el jengibre también actuaría como un agente antibacteriano, antiviral y antifúngico natural. Desde la medicina natural se lo utiliza para prevenir infecciones del tracto urinario o de la boca y su consumo también se asocia a un menor riesgo de espasmos estomacales y gases, que contribuyen a la diarrea.
3. Digestivo
Se cree que el jengibre sería bueno para la digestión, ya que actúa como aperitivo, estimulando el apetito a la vez que preparar el sistema digestivo para la llegada de los alimentos. También existen registros de sus efectos carminativos, ayudando a aliviar o prevenir las flatulencia.
4. Bueno para el estómago
Existe evidencia que asocia al jengibre con una menor irritación y contracción estomacal y un mejor movimiento intestinal. Esto se debe a sus compuestos fenólicos, que también podrían prevenir enfermedades como cáncer de colon o estreñimiento. Además, los expertos señalan que mascarlo sería de ayuda para aliviar la sensación de nauseas.
Ensayos clínicos encontraron que el consumo diario de jengibre redujo significativamente el dolor muscular producto del ejercicio. También se lo asoció como calmante para los dolores que experimentan las mujeres durante el ciclo menstrual.
Gracias a que posee un compuesto llamado gingerol, el jengibre actuaría como antiinflamatorio. Esto resulta de ayuda para mejorar el movimiento y aliviar condiciones como la osteoartritis o artritis reumatoide. Además, su consumo se vinculó con una disminución de compuestos inflamatorios como citocinas y quimiocinas.
Aunque aún se necesita más evidencia, el jengibre se vinculó con una reducción en la mayoría de los marcadores de colesterol. Lo especialistas afirmaron que esto sería posible con un consumo diario de 3 g. de su polvo. Incluso señalaron que tendría efectos similares a los de la atorvastatina, un fármaco de la familia de las estatinas.
8. Contra el cáncer
Se cree que esta raíz tendría efectos positivos a la hora de controlar las moléculas dañinas que favorecen el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, como el de colon, páncreas, mama y ovario. Esto se debe a que posee gingerol, que detendrían la inflamación crónica. Sin embargo, aún no se probaron sus efectos a largo plazo.
Los profesionales recomiendan evitar su consumo si se toman ciertos medicamentos, a saber: inmunosupresores como Neoral o Sandimmune, para la diabetes como Amaryl, Diabeta, Actos, Avandia o Glynase, para la presión sanguínea, como Adalat, Procardia, Plendil o Norvasc o anticoagulantes como Plavix, Coumadin, Voltaren o Motrin.
Cuidado con otras hierbas
Tampoco se aconseja combinarlo con otras hierbas o suplementos derivados que se utilizan para controlar las afecciones anteriormente nombradas. Estas pueden ser uña de gato, alholva, ginseng Panax y siberiano, angélica, clavo de olor, salvia, ajo o ginkgo biloba.