El magnate aterriza en Texas con su hermano Mark, la pionera Wally Funk y el joven Oliver Daemen tras un vuelo de menos de un cuarto de hora
No ha llegado a 11 minutos. El magnate Jeff Bezos, acompañado por su hermano Mark, la pionera Wally Funk y el joven Oliver Daemen, ha completado hoy un vuelo de poco más de 10 minutos, pero que servirá para cumplir su objetivo personal y comercial: viajar al espacio con su propia nave.
En esos pocos minutos, han superado la barrera de los 100 kilómetros de altura, la frontera espacial, y han quedado durante cuatro minutos en situación de ingravidez antes de regresar a la Tierra. Todo esto no supone un gran hito en la historia de la astronáutica, pero sin duda es un paso importante en el ámbito del turismo espacial: ha sido el primer vuelo no pilotado y con una tripulación totalmente civil. “El mejor día de mi vida”, se ha escuchado a Bezos gritar al tomar tierra con su cápsula, antes de que corriera el champán.
El primer vuelo tripulado de la nave New Shepard despegó del Launch Site One de Blue Origin, situado al oeste de Texas (EE.UU.). Tres minutos más tarde, la cápsula RSS First Step se separó del cohete y continuó el vuelo hasta alcanzar una altura de más de 100 kilómetros sobre la superficie terrestre, unos siete minutos después de despegar, donde se experimentó la ingravidez.
🚩 Y partió un nuevo cohete! El 2021 va a estar marcado también por el inicio de los viajes espaciales comerciales. De aquí nadie nos para. 👨🚀👩🚀🚀🚀🚀🚀 Lo estamos comentando por nuestro canal TECH LADO en Telegram!https://t.co/DHmadKujg6 pic.twitter.com/pMq0aIwro2
— Pablo Quiroga (@pabloquirogav) July 20, 2021
Blue Origin también mira más alto: tanto respecto a la altitud a la que ascenderá su nave reutilizable New Shepard en comparación con el avión espacial de Virgin, como en lo que tiene relación con sus ambiciones.
Bezos, de 57 años, fundó Blue Origin en 2000 con el objetivo de algún día construir colonias espaciales flotantes con gravedad artificial donde millones de personas trabajarán y vivirán. Hoy, la compañía está desarrollando un cohete orbital llamado New Glenn y un módulo de aterrizaje lunar que espera contratar con la NASA.
New Shepard ha realizado 15 vuelos sin tripulación para ponerlo a prueba y testear los mecanismos de seguridad, como disparar la cápsula lejos de la plataforma de lanzamiento si el cohete explota o aterrizar con un paracaídas menos.
“Aprendimos cómo hacer que un vehículo sea lo suficientemente seguro para que estemos dispuestos a poner a nuestros seres queridos en él y enviarlos al espacio”, dijo el director ejecutivo de Blue Origin, Bob Smith, en una sesión informativa el domingo.
Así fue la transmisión completa del viaje de este martes:
El más rico, el mayor, el más joven
Junto a Bezos estuvieron la aviadora Wally Funk, quien a sus 82 años será la astronauta más vieja de la historia, y el holandés Oliver Daemen, de 18, quien se convirtió así en el más joven.
Completando el cuarteto estuvo el hermano menor y mejor amigo de Bezos, Mark, quien dirige la Bezos Family Foundation y trabaja como bombero voluntario.
Cabe destacar que estará ausente el ganador todavía anónimo de una subasta de 28 millones de dólares por un asiento, que tuvo “problemas de agenda” y participará en un vuelo futuro. El padre de Daemen, director ejecutivo de una firma de capital privado, fue segundo en la licitación, lo que permitió que su hijo adolescente se convirtiera en el primer cliente pago de la compañía.
Cómo fue el vuelo
New Shepard se acercó al espacio a velocidades superiores a 3.700 km/h utilizando un motor de oxígeno e hidrógeno líquidos cuyo único subproducto es el vapor de agua. La cápsula se separó de su propulsor momento en que los tripulantes experimentaron la ingravidez durante tres minutos.
La nave espacial alcanzó su punto máximo a 106 km de altitud, lo que permitió a los miembros de la tripulación admirar la curvatura del planeta y el negro como la tinta del resto del universo. El propulsor retornó a tierra de forma autónoma a una plataforma de aterrizaje justo al norte de su lugar de lanzamiento, mientras que la cápsula lo hizo en caída libre con tres paracaídas gigantes y, finalmente, un propulsor, para un aterrizaje suave en el desierto.
Antes del despegue, Bezos comentó en CBS: “La gente no deja de preguntarme si estoy nervioso. No estoy realmente nervioso, estoy emocionado. Tengo curiosidad. Quiero saber qué vamos a aprender. (…) Hemos estado entrenando. Este vehículo está listo. Este equipo está listo. Este equipo es increíble. Nos sentimos realmente bien”.
“El peor momento”
Blue Origin se ha mantenido relativamente parco sobre el futuro inmediato. La compañía dice que planea dos vuelos más este año, y “muchos más” en 2022. Los analistas observan que mucho dependerá de los primeros éxitos y la construcción de un sólido historial de seguridad.
Smith, el CEO, reveló el domingo que el próximo lanzamiento podría tener lugar en septiembre u octubre.
Al mismo tiempo, el sector está comenzando a enfrentar críticas por la óptica de las personas superricas que despegan al espacio mientras la Tierra enfrenta desastres impulsados por el clima y una pandemia de coronavirus.
“¿Podría haber un peor momento que este para que dos propietarios superricos de cohetes realicen un paseo rápido hacia la oscuridad?”, escribió Shannon Stirone en un artículo en Atlantic.
(Con información de AFP)