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Los jefes políticos de la agencia científica del Gobierno de Estados Unidos -la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés)- violaron la integridad de la entidad para darle la razón al presidente Donald Trump.

Altice

Una investigación externa, recogida por el The Washington Post, llegó a esta conclusión sobre un comunicado que la NOAA publicó contradiciendo a sus meteorólogos y dando la razón a Trump sobre la trayectoria que el huracán Dorian iba a tomar al llegar a Estados Unidos en septiembre pasado.

Trump había exhibido un mapa manipulado del Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) sobre la trayectoria de Dorian para defender su teoría de que la tormenta llegó a amenazar al estado de Alabama, algo en lo que el mandatario había insistido.

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La rama del Servicio Nacional de Meteorología (NWS, en inglés) -perteneciente a la NOAA- en Birmingham (Alabama) contradijo rápidamente a Trump, al afirmar que ese estado “NO sufrirá ningún impacto relacionado con Dorian”.

“El sistema (de Dorian) está demasiado al este” y su paso “no se sentirá en Alabama”, subrayó el NWS.

Sin embargo, días después, la NOAA publicó un comunicado en el que defendía que Dorian sí había amenazado al estado de Alabama, lo que derivó en la investigación externa encargada a la Academia Nacional de Administración Pública, una organización dedicada a fomentar las buenas prácticas en el Gobierno.

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Esta investigación ha concluido que tanto el administrador de la NOAA en funciones, Neil Jacobs, como la entonces directora de comunicaciones y jefa de gabinete, Julie Kay Roberts, violaron la integridad científica de la entidad, en la que está prohibida la injerencia política.

La investigación, no obstante, no propone sanciones para estos funcionarios.

El potente huracán de categoría 5 -la máxima- Dorian, que alcanzó vientos de hasta 295 kilómetros por hora, devastó las Bahamas antes de su llegada a Estados Unidos, provocando la muerte de más de 70 personas y la desaparición de unas 300 en el archipiélago.

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