Con un clima extremo que ha causado la muerte de más de 150 personas en Europa y un calor abrasador en algunas partes de Norteamérica, el debate en torno al cambio climático se ha agudizado en las últimas semanas. Pero, ¿se puede culpar al calentamiento global de estos sucesos tan diferentes y aislados en distintas partes del mundo?
“El cambio climático ya no es algo abstracto, ha llegado, lo estamos experimentando de cerca y dolorosamente”, afirmó la gobernadora del länd alemán de Renania-Palatinado, la socialdemócrata (SPD) Malu Dreyer, que dirige una de las zonas más afectadas.
La ministra federal de Medio Ambiente, Svenja Schulze (SPD), hablaba en los mismos términos, añadiendo que “Alemania no puede permitirse el lujo de no invertir en protección climática”, y también el ministro del Interior, Horts Seehofer, en declaraciones a Der Spiegel : “Nadie puede dudar de que esta catástrofe está relacionada con la crisis climática”. El ministro prometió ayudas para los damnificados.
Las inundaciones en la Europa llagan después de que Canadá y Estados Unidos terminen de pasar una ola de calor de hasta 49,6 grados centígrados, un fenómeno exacerbado por la crisis climática. “Existe un vínculo claro entre las precipitaciones extremas y el cambio climático”, según dijo a la agencia Ap el profesor Wim Thiery, de la Universidad de Bruselas, mientras que para Stefan Rahmstorf, de la Universidad de Postdam, algunas de esas precipitaciones son tan extremas que sería imposible que se produjeran sin el calentamiento global, como se ha visto recientemente en el oeste de Norteamérica. Carlo Buontempo, director del servicio meteorológico europeo Copérnico, señalaba ayer que con el cambio climático se espera que fenómenos como las lluvias torrenciales se vuelvan aún más virulentas. “Lo que hemos visto en Alemania es del todo consistente con esta tendencia”.
Según Jean Jouzel, climatólogo y ex vicepresidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), existe una relación “plausible”, aunque todavía no se ha demostrado.
“Desgraciadamente, estamos en las primeras fases del calentamiento global, y lo que nos espera será aún peor”, declaró a la AFP. “No debemos engañarnos pensando que el cambio climático se limita a unas pocas catástrofes aisladas o a una región o periodo de tiempo”.
En Europa, las masas de aire cargadas de agua fueron bloqueadas a gran altura por las bajas temperaturas, lo que las llevó a estancarse durante cuatro días sobre la región y a descargar torrentes de lluvia, explicó Jouzel. “El fenómeno es conocido por los meteorólogos, pero hacía 100 años que no se producía a esta escala”, dijo.
“En sólo dos días, la región vio la misma cantidad de lluvia que normalmente experimentaría en dos o tres meses – el tipo de evento que a veces podría verse en climas mediterráneos en el otoño, pero no en estas latitudes”.
Los científicos tendrán que analizar ahora el suceso para determinar con precisión por qué ocurrió, dijo. “La ciencia necesita tiempo, pero creo que pronto tendremos una respuesta”, dijo.
En cuanto a si el calentamiento global fue directamente responsable de la catástrofe, el experto dijo: “Tenemos nuestras sospechas, pero no son hechos científicos. Tenemos que tomarnos el tiempo necesario para analizar el suceso”.
Por otro lado, el IPCC lleva tiempo prediciendo una intensificación de este tipo de fenómenos extremos, sobre todo de las lluvias, señala. “Los científicos ya han observado un fuerte aumento de las precipitaciones extremas en los últimos 20 años, sobre todo en el Mediterráneo”, afirma.
“Está claro que si se evapora más agua porque hace más calor, eso provocará técnicamente más precipitaciones y más episodios de lluvias violentas”. Existe un riesgo real de que este tipo de sucesos aumenten en los próximos años y décadas, cree Jouzel.
Si la temperatura de la Tierra aumenta tres o cuatro grados, fenómenos como las sequías, las olas de calor y las inundaciones serán más frecuentes e intensos, afirma.
Disponer de la infraestructura adecuada para hacer frente a estos fenómenos será la única manera de evitar tragedias humanas, como los efectos devastadores de las recientes temperaturas de 50 grados centígrados en Canadá. “No creo que haya suficiente conciencia, y no estoy seguro de que la gente entienda la gravedad del problema. Los responsables políticos, en particular, no están a la altura de las circunstancias”, dijo Jouzel.
Con información de AFP y AP