La flagelación pública tuvo lugar en la provincia de Aceh, donde se aplica la ley islámica desde 2001
Yakarta.– Una mujer fue azotada este miércoles con 100 latigazos en público tras ser condenada por adulterio por un tribunal islámico en Aceh, provincia de Indonesia donde rige la sharía desde hace más de dos décadas.
El castigo fue llevado a cabo frente a una multitud, según constató la agencia EFE, mientras la joven mujer recibía los golpes del verdugo, quien mantuvo su rostro cubierto durante todo el acto. El procedimiento fue ejecutado sin interrupciones oficiales, pese a que la condenada suplicó que se detuviera en al menos dos ocasiones.
Durante esos momentos, fue consolada por otras mujeres que se encontraban cerca, quienes le ofrecieron algo de comida y bebida antes de que se reanudara la flagelación hasta completar la pena impuesta por el tribunal islámico.
Junto a ella, otros cuatro hombres fueron castigados con la misma cantidad de latigazos por diversas violaciones a la ley sharía. Estas incluían actos como mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, el consumo de alcohol y relaciones homosexuales, prácticas severamente penadas en esta región.
La diferencia de trato entre los géneros también fue visible durante la aplicación del castigo: mientras la mujer recibió los azotes sentada, los hombres permanecieron de pie.
Aceh, ubicada en el extremo norte de la isla de Sumatra, es la única provincia de Indonesia que aplica la ley islámica como parte de un acuerdo de autonomía alcanzado en 2001. Esta autonomía fue parte de un pacto de paz tras años de conflicto armado.
Indonesia, aunque oficialmente un país laico, es el Estado con mayor población musulmana del mundo. En la mayoría de sus provincias no se aplican leyes religiosas, pero Aceh representa una excepción notable, con prácticas consideradas por muchos como violatorias de los derechos humanos.
Los castigos corporales en público no son aislados. El pasado 27 de febrero, dos jóvenes de 18 y 24 años también fueron azotados públicamente tras ser hallados culpables de mantener relaciones sexuales consensuadas.
Organizaciones internacionales como Human Rights Watch han condenado estas prácticas y denuncian un ambiente cada vez más hostil hacia la comunidad LGBTQ+ en Indonesia, especialmente en Aceh, donde la homosexualidad es criminalizada bajo la sharía.
A nivel nacional, la homosexualidad no es ilegal, pero se considera un tema tabú. Esto ha llevado a un incremento en la discriminación social, detenciones arbitrarias y violencia institucionalizada contra las personas LGBTQ+.
Además del uso de la flagelación como castigo, Indonesia lidera las estadísticas mundiales de mutilación genital femenina, una práctica en algunos casos vinculada a creencias religiosas o culturales.
Diversos colectivos de derechos humanos han instado al gobierno central de Yakarta a intervenir y revisar la autonomía legal de Aceh para garantizar que las prácticas religiosas no vulneren los derechos fundamentales de sus ciudadanos.
Sin embargo, hasta el momento no se han tomado medidas contundentes, y los azotes en público continúan siendo una realidad frecuente en la provincia más conservadora del país.
