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La enfermedad del hígado graso es una afección reversible, se presenta cuando entre el 5 y 10% del peso total del hígado es grasa. Uno de los datos más relevantes de esta enfermedad es que las principales causas se relacionan con el estilo de vida y la dieta, de hecho se ha comprobado que el factor más determinante es un alto consumo de grasas alimentarias. Por lo mismo no resulta ninguna novedad decir que el hígado graso se relaciona estrechamente con la obesidad, es por ello que una de las principales recomendaciones en el tratamiento es bajar de peso y realizar ajustes en la dieta. Además, existen algunos magníficos aliados naturales que son de gran ayuda para beneficiar el funcionamiento hepático, promover su depuración y además desinflamarlo. Finalmente no es ningún secreto decir que el estilo de vida que caracteriza a la sociedad moderna: un alto consumo de alimentos procesados, alcohol, altos niveles de estrés, mala calidad del sueño y una vida sedentaria, influyen significativamente en el hígado graso.

Altice

Si bien tener algo de grasa en el hígado es perfectamente normal, cuando la grasa se encuentra en proporciones excesivas estamos exponiendo al hígado a un mayor riesgo de lesiones, inflamación y cicatrices que traen consigo numerosas complicaciones. Para mayor contexto sobre la enfermedad podemos decir que existen dos tipos de hígado graso: hígado graso alcohólico e hígado graso no alcohólico. Lo primero ocurre como resultado de una ingesta excesiva de alcohol y lo segundo se debe a otras razones no relacionadas con el alcohol y que son más enfocadas con el estilo de vida como es el caso de seguir una dieta alta en grasas y carbohidratos o debido a la diabetes o la inactividad física. Inicialmente rara vez se presentan síntomas, sin embargo es normal presentar náuseas, fatiga, irritabilidad y sensación de malestar general. Por fortuna, es muy viable controlar la enfermedad del hígado graso a través de ajustes en la calidad de la dieta y el estilo de vida. Además, existen algunos remedios caseros naturales que funcionan como un grandioso tratamiento y complemento natural.

Vinagre de sidra de manzana

En los últimos meses numerosas tendencias de alimentación hablan sobre los beneficios terapéuticos del vinagre de sidra de manzana, sobre todo por sus cualidades para acelerar la pérdida de peso. De manera específica se ha posicionado como un gran complemento natural en el tratamiento del hígado graso y la razón principal es su capacidad para reducir la acumulación de grasa en el hígado. Además, se relaciona con efectos sumamente positivos para bajar de peso, una medida muy relevante en el tratamiento del hígado graso. También actúa como un poderoso desintoxicante para el hígado, por lo tanto facilita la expulsión de toxinas y sustancias que dañan su funcionamiento. Otro aspecto muy importante es su poder antioxidante que ayuda a reducir cualquier inflamación hepática. De acuerdo con los expertos, la recomendación para integrar el consumo de vinagre en la dieta es: agregar una cucharada de vinagre de sidra de manzana a un vaso de agua tibia y beberlo dos veces al día antes de las comidas. Se recomienda utilizar el remedio por mínimo un mes para ver los resultados, si te resulta muy fuerte el sabor disuelve una cucharada de miel.

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Limón

Los limones no solo son una de las frutas cítricas más populares, son uno de los alimentos de mayor potencial curativo de la naturaleza. Integrarlos en la dieta beneficia numerosos aspectos de la salud, en principio brillan por sus potentes antioxidantes y vitamina C que ayudan al hígado a producir glutatión. Esta enzima neutraliza las toxinas en el hígado, promoviendo así la desintoxicación. Es bien sabido que el hígado es increíblemente propenso a saturarse de grasas y toxinas, por lo tanto apostar por el consumo de alimentos con propiedades detox es un gran aliado en el tratamiento natural. Se recomienda la ingesta de un vaso de agua con un limón fresco exprimido, de dos a tres veces al día por mínimo un par de semanas. Es un sencillo remedio casero que en conjunto con otros hábitos relacionados al estilo de vida, ayuda a reducir la grasa acumulada en el hígado y promueve su desinflamación.

Té verde

El té verde es simplemente una de las bebidas más saludables de todos los tiempos y una gran alternativa para proteger la salud hepática. Es bien sabido que brilla por su contenido en poderosos antioxidantes, concretamente las catequinas de alta densidad que tienen el poder de mejorar el funcionamiento del hígado y previenen la acumulación de grasa en personas que padecen la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Su papel es importante ya que tienen la virtud de bloquear la cantidad de grasa almacenada en el hígado y también mejora su funcionamiento. Además integrar el consumo de té verde en la dieta diaria es simplemente uno de los mejores aliados para la salud en general, beneficia absolutamente a todo el organismo, promueve su depuración e hidratación natural y es una bebida muy baja en calorías. Por lo tanto, también resulta un gran aliado para potenciar la pérdida de peso. El hábito de beber de 3 a 4 tazas de té verde al día, es uno de los mejores tratamientos naturales a largo plazo para mantener a raya la enfermedad del hígado graso.

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Cúrcuma

En los últimos meses las tendencias de nutrición han enfatizado sus esfuerzos en recomendar el consumo de raíz de cúrcuma, es una de las especias-medicinales más poderosas en la actualidad. Y la razón es simple, es un potente y bien conocido antiinflamatorio y antioxidante, de manera particular se ha demostrado que los polifenoles en la raíz de cúrcuma son beneficiosos para reducir el riesgo de enfermedad del hígado graso causado por el estrés. Los estudios han encontrado que las condiciones estresantes pueden provocar cambios fisiológicos en el hígado. Complementaria a ello los investigadores demostraron que a través de la ingesta de una mezcla de cúrcuma y té verde, notaron un riesgo significativo en los marcadores de irritación del hígado graso. Las propiedades antioxidantes de la cúrcuma también ayudan a defender el hígado de los radicales libres dañinos e incluso pueden ayudar a reducir el riesgo de que se formen células cancerígenas en el cuerpo. También, es una de las especias de mayor potencial antiinflamatorio, lo cual beneficia significativamente el funcionamiento hepático.

Papaya

Una de las principales causas de la enfermedad del hígado graso son las grasas alimentarias, por lo tanto la recomendación es apostar por el consumo de alimentos ligeros, ricos en antioxidantes y por supuesto bajos en grasas (sobre todo las del tipo saturado). Las frutas son uno de los mejores aliados dietéticos, de manera específica la medicina Aryurveda recomienda el consumo de pulpa y semillas de papaya como un gran aliado natural para quemar las grasas dietéticas. Con ello se previene la enfermedad del hígado graso de manera natural, por lo tanto una gran manera de comenzar el día y combatir los antojos dulces es comer una rodaja de papaya con un toque de miel. Ayuda a depurar y desinflamar el hígado. También es ideal para preparar un licuado saciante, nutritivo y detox para el hígado.

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