“Damos este caso por cerrado y aclarado casi al cien por cien”, aseguran fuentes de la investigación
Confesión de Ana Julia Quezada
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Quince días después de la desaparición de Gabriel Cruz, la Guardia Civil sigue investigando lo sucedido. Ana Julia Quezada confesó que discutió con Gabriel, lo golpeó en la cabeza con un hacha y luego lo asfixió tapándole la nariz y la boca. Tras cometer el crimen, desvistió al niño y escondió su cuerpo en la finca de la familia paterna en Rodalquilar.
Pruebas incriminatorias
La Guardia Civil considera que cuenta con suficientes pruebas para demostrar la culpabilidad de Quezada, incluyendo el hacha utilizada en el crimen, que fue encontrada recientemente. Según fuentes de la investigación, el caso se da por cerrado y aclarado casi en su totalidad.
Investigación y sospechas
Desde el principio, Quezada fue la principal sospechosa en este caso. Los agentes se centraron en ella debido a que, momentos antes de la desaparición de Gabriel, solo su abuela y Quezada estaban con él. Quezada abandonó la casa de la familia poco después de que el niño saliera a jugar, lo que le habría dado tiempo suficiente para llevárselo sin ser detectada.
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La detención de Ana Julia Quezada
Después de que se encontrara el cadáver de Gabriel Cruz en su coche, Ana Julia Quezada, la pareja del padre del menor, fue detenida. A pesar de participar en la búsqueda desde el principio, ciertos comportamientos levantaron sospechas. Se negó a entregar su teléfono móvil y encontró una camiseta con ADN de Gabriel, lo que la colocó en el centro de la investigación.
Posibles mentiras de Quezada
Aunque la Guardia Civil considera que el caso está casi resuelto, no descartan que la detenida haya mentido. Alegar defensa propia por un supuesto ataque de Gabriel resulta poco creíble, y el juez ha impedido la incineración del cuerpo para verificar su versión.
Confesión de Ana Julia Quezada
En una parte de su confesión, Quezada afirma que Gabriel intentó agredirla con un hacha, y en un momento de rabia, acabó asfixiándolo. También menciona haber enterrado el cuerpo en la finca de Rodalquilar para ocultar el crimen.
12 días de engaño
Durante 12 días, Ana Julia Quezada fingió su preocupación ante las cámaras, participando activamente en la búsqueda de Gabriel. Su relación sentimental con el padre del niño y su actuación frente a los medios de comunicación la convirtieron en una figura clave en el caso.
La historia de Ana Julia Quezada: la desaparición de Gabriel Cruz
El testimonio de Ana Julia Quezada
“Tú si ves a un desconocido, corre, eh, no te pares”. Y mira por dónde, ese mismo día desapareció el niño”, aseguraba Ana Julia al programa ‘La mañana’, de TVE, el pasado 1 de marzo.
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El momento clave para la operación
De todos modos, mientras ella aparecía frente a las cámaras con lágrimas en los ojos, los agentes fueron estrechando el cerco a su alrededor sin que se diera cuenta. El momento clave para la operación se produjo el viernes durante un interrogatorio, cuando le hablaron de una serie de grabaciones de cámaras de seguridad relacionadas con el caso. Aunque por el momento no ha trascendido el contenido de estos vídeos, los investigadores los habrían utilizado para ver si la sospechosa se sentía amenazada y cometía un error, objetivo que finalmente se cumplió el domingo. Esa mañana, la Guardia Civil fotografió a Quezada mientras sacaba el cuerpo de la finca de Rodalquilar. Más información