Por mucho tiempo, a la mujer se le ha estereotipado como el sexo débil, y féminas como la segundo teniente de la Policía Nacional, Guillermina Candelaria Santana, rompen estos prejuicios cuando deciden ser parte de profesiones y deportes que, partiendo de la cultura machista, son exclusivos para los hombres.
Candelaria Santana, quien pertenece al Departamento de Deportes de la institución del orden, asumió su uniforme con el cual representó a nuestra policía y el país, con cada kilo que levantó tras practicar la Halterofilia o Levantamiento de Pesas.
Su talento en esta disciplina deportiva la colocó el pasado 11 de noviembre del 2018 en el pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, como resultado de una prominente y destacada carrera durante 13 años.
Durante su trayectoria, la oficial subalterna logró representar al país en la categoría 48 kilogramos en múltiples competencias nacionales e internacionales, obteniendo un total de 21 medallas, incluyendo 11 de oro, tres de plata y siete de bronce.
En los Juegos Panamericanos Winnipeg 1999, Candelaria Santana ganó medalla de bronce, mientras en la versión de estos juegos efectuados en el país, en el 2003, escaló al segundo lugar, culminado su participación en Río 2007, con otra medalla de bronce.
En tanto que en los Juegos Centroamericanos y del Caribe del 2002, celebrados en San Salvador, obtuvo su primera medalla de oro en un evento deportivo de ese nivel, en los cuales sumó dos de bronce.
Candelaria Santana cerró su ciclo en los Juegos Centro Americanos y del Caribe, ganando dos medallas de bronce en el 2006, en Cartagena de Indias, Colombia, y medalla de plata en Río de Janeiro, Brasil 2010.
A nivel nacional, la laureada levantadora de pesas acumula nueve medallas de oro y dos de plata, tras su participación en los juegos deportivos de las Fuerzas Armadas y nuestra Policía Nacional.
Tras su exaltación al salón de la fama del deporte dominicano, la Policía Nacional se siente más que honrada que una de nuestras agentes se perpetúe en la historia del deporte dominicano, y su historia nos motiva a promocionarla para incentivar a otros miembros del orden público a replicar su ejemplo.