Bartolo García
Puerto Príncipe, Haití. – La Fuerza de Eliminación de Pandillas (GSF), recientemente creada y copatrocinada por Estados Unidos y Panamá, ejecutó sus primeras operaciones oficiales en territorio haitiano, enfrentando una “resistencia feroz” por parte de grupos armados en el departamento de Artibonite, ubicado a más de cien kilómetros al norte de la capital, Puerto Príncipe.
El comunicado emitido por la GSF este lunes informó que las acciones se desarrollaron sin reportes de muertos ni heridos, pese a la intensidad de los enfrentamientos. El despliegue marca el inicio del plan de intervención internacional aprobado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el objetivo de recuperar el control territorial y restablecer la seguridad en el país caribeño.
La operación principal se concentró en la carretera Petite-Rivière-Liancourt-Pont Sondé, una de las rutas estratégicas que conecta el norte con el centro del país. Según la GSF, el operativo del viernes pasado se extendió por quince horas continuas, con el propósito de asegurar el paso entre Pont Sondé y Verret, garantizando así la entrega de vehículos blindados destinados al fortalecimiento de las comisarías locales.
Durante el avance, las bandas criminales intentaron fortificar sus posiciones, cavando trincheras y ocupando edificios de altura desde donde lanzaron cócteles molotov y armas artesanales contra las tropas internacionales. No obstante, la GSF reportó que “los intentos fueron rápidamente neutralizados por las unidades especializadas conjuntas” junto a la Policía Nacional de Haití (PNH).
La operación contó además con la colaboración de las Fuerzas Armadas de Haití (FAD’H), en un esfuerzo coordinado que permitió la movilización de agentes y recursos hacia las zonas de mayor vulnerabilidad. La GSF destacó que la misión no solo busca contener la violencia, sino también restablecer la circulación y el acceso a los servicios básicos para las comunidades afectadas.
De manera paralela, la GSF coordinó el traslado de unidades policiales y equipamiento a la ciudad de Saint-Marc, con el objetivo de reforzar la presencia de seguridad en una localidad considerada clave por su cercanía con las rutas de contrabando y tráfico ilegal de armas.
Mientras tanto, en Puerto Príncipe, las patrullas conjuntas de la GSF y la PNH se mantuvieron activas durante el día y la noche en zonas críticas como Kenscoff, el centro histórico, el área aeroportuaria y la Academia de la Policía Nacional, con el fin de neutralizar grupos delictivos y proteger infraestructuras estratégicas.
Según el comunicado oficial, la estrategia general contempla reforzar las capacidades operativas de la policía haitiana, combatir el tráfico y desvío de armas ilegales, mantener el orden público y detener a los cabecillas y miembros de pandillas responsables de la ola de violencia que ha asolado al país durante los últimos años.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el despliegue de esta nueva fuerza el 30 de septiembre, tras una resolución conjunta de Estados Unidos y Panamá. La GSF fue creada como una respuesta a los limitados resultados de la anterior Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), liderada por Kenia.
La nueva fuerza cuenta con un contingente autorizado de hasta 5,500 efectivos militares y policiales, además de 50 civiles, con un mandato inicial de 12 meses que podría extenderse dependiendo de los avances logrados en la estabilización del país.
Según cifras de organismos internacionales, más de 16,000 personas han muerto desde 2022 a causa de la violencia generada por las pandillas en Haití. Solo en el primer semestre de 2025, se registraron más de 4,000 homicidios, la mayoría en zonas controladas por grupos armados.
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, declaró el pasado 2 de octubre que más de la mitad de los asesinatos registrados este año ocurrieron durante operaciones de seguridad y pidió a la comunidad internacional mantener una vigilancia estricta sobre los derechos humanos en el desarrollo de las intervenciones.
Con estas primeras acciones, la Fuerza de Eliminación de Pandillas busca abrir un nuevo capítulo en la lucha contra la criminalidad organizada que ha desestabilizado al país. Su misión será determinante para el futuro inmediato de Haití, que enfrenta una de las crisis de seguridad más graves de su historia reciente.
(Con información de EFE)
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