Una nueva fase del conflicto entre Irán e Israel se ha desatado tras la más reciente ofensiva lanzada por Teherán en la madrugada del miércoles, bajo el nombre de Promesa Verdadera 3, que marca la undécima oleada de bombardeos iraníes contra territorio israelí. Según los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), el ataque representa un mensaje directo del poder militar iraní.
En esta ofensiva, Irán empleó misiles Fattah de primera generación junto a drones explosivos, los cuales lograron penetrar las capas defensivas del sofisticado sistema antimisiles israelí, considerado uno de los más avanzados del mundo. Algunos proyectiles impactaron en áreas densamente pobladas, instalaciones militares e infraestructuras estratégicas como la refinería de Haifa.
Aunque el sistema de defensa aérea israelí tiene una efectividad aproximada del 90%, las autoridades han reconocido que más de 400 misiles y cientos de drones fueron lanzados en esta última ofensiva. Las defensas no pudieron detener todos los ataques, lo que derivó en la muerte de al menos una veintena de personas y daños de gran magnitud.
Entre los puntos más afectados se encuentran Tel Aviv y Haifa, donde el nivel de seguridad es considerado máximo. En la refinería de esta última ciudad, tres personas perdieron la vida, elevando el impacto simbólico y estratégico de la ofensiva iraní. Incluso se reportan víctimas que se encontraban dentro de refugios, lo que ha generado incertidumbre sobre la eficacia total del sistema defensivo.
Desde Irán, los portavoces del CGRI afirmaron que la operación tiene como objetivo “elevar la presión sobre el escudo aéreo israelí” y demostrar que la defensa del Estado judío, aunque moderna, no es impenetrable. “Es el comienzo del fin de su defensa legendaria”, declararon.
El sistema de defensa aérea de Israel se basa en tres capas: Arrow, que intercepta misiles fuera de la atmósfera; David’s Sling, que se encarga de misiles balísticos y de crucero a altitudes medias; y la Cúpula de Hierro, especializada en interceptar cohetes de corto alcance. Cada uno de estos sistemas trabaja en conjunto mediante módulos equipados con radares y misiles Tamir.
Pero como señala Sidharth Kaushal, del Royal United Services Institute (RUSI), “ningún sistema es completamente infalible. Si se satura con suficientes misiles y drones, algunos siempre lograrán pasar”. Esta táctica ya ha sido vista en otros conflictos, como el de Rusia contra Ucrania, y parece ser replicada ahora por Irán.
El experto israelí Yehoshua Kalisky, del Instituto para el Estudio de la Seguridad Nacional (INSS), reconoció la preocupación de la población ante la potencia y precisión de los misiles iraníes, que pueden portar ojivas de hasta 1.000 kilos. Sin embargo, insistió en que “Israel está bien protegido y luchando por su supervivencia”.
Las imágenes de los impactos y explosiones han inundado las redes sociales, mientras la población israelí mantiene la alerta máxima. A pesar del orgullo nacional por su sistema antimisiles, el país enfrenta ahora una nueva etapa de su defensa, donde la saturación y la innovación tecnológica enemiga están poniendo a prueba su resistencia.
El uso coordinado de drones, seguido de misiles más pesados, forma parte de una estrategia iraní que busca agotar las defensas israelíes en sucesivas oleadas. Esta táctica, al parecer, ha comenzado a mostrar fisuras dentro de un sistema hasta ahora considerado prácticamente invulnerable.
Los analistas advierten que esta escalada podría intensificarse si Israel responde con ataques directos a territorio iraní. A medida que las tensiones aumentan, la comunidad internacional observa con preocupación el deterioro de la estabilidad en la región.
Mientras tanto, el gobierno israelí evalúa nuevas estrategias defensivas y ofensivas, conscientes de que la situación actual ha cambiado las reglas del juego. La era de la invulnerabilidad absoluta parece haber quedado atrás, al menos en esta nueva realidad de guerra asimétrica tecnológica.
Con Promesa Verdadera 3, Irán no solo ha mostrado músculo militar, sino también una capacidad de planificación táctica que desafía los paradigmas defensivos establecidos en Oriente Medio. La pregunta que queda es si Israel podrá adaptarse lo suficientemente rápido para mantener su ventaja estratégica.
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