A menudo damos demasiada importancia a una especie concreta de animal porque su picadura es especialmente dolorosa para el ser humano, o porque es mucho más grande que la especie que conocemos. A las mántis religiosas no les importan nuestros prejuicios. Solo les importa el peso neto en proteínas.
La especie que ha llenado las portadas estos días es el avispón gigante asiático o avispón gigante de Japón (Vespa mandarinia), una especie que el público ya ha rebautizado muy convenientemente como Avispón asesino (Murder Hornet).
La razón por la que esta criaturilla ha llegado a la actualidad es porque se han detectado ejemplares de esta especie en Estados Unidos, donde hasta ahora no había. La presencia de una especie invasiva siempre es una noticia preocupante, pero lo es más para el ecosistema (en este caso concreto para las abejas) que para el ser humano.