Los Padres de San Diego incursionaron como franquicia de Grandes Ligas en 1969, organización para la cual las historias de fracaso parecen escribirse con mayoría sobre los éxitos, para quienes la gloria parece huirles como el diablo a la cruz.
Desde su fundación, los Padres, tan solo han logrado seis clasificaciones a la postemporada, dos de estas ocasiones yendo a la Serie Mundial, mismas que terminarían en derrotas para los californianos.
Las letras de San Diego han sido representadas por recordados jugadores como Tony Gwynn, Dave Winfield o Adrián González, aunque ninguno ha logrado conducir a la organización a la tierra prometida.
En los últimos cuatro años, la organización de los Padres se ha visto en el epicentro de las mayores inversiones, forjando una filosofía de agresividad que los ha llevado a conseguir talentos de la estampa de Manny Machado o Yu Darvish, así como otros del calibre de Blake Snell o Mike Clevinger.
En su más reciente movimiento por alcanzar la gloria, los Padres adquirieron al destacado jardinero dominicano Juan Soto, jugador de 23 años, protagonistas de uno de los mejores inicios de carrera a lo largo de toda la historia de Grandes Ligas.
Asimismo, el equipo se hizo de los servicios del destacado primera base Josh Bell; el veterano infield Brandon Drury, al igual que del taponero Josh Hader.
¿La llegada del éxito para San Diego?
Juan Soto se ha consolidado como todo un talento generacional, jugador que uniéndose a Machado y Fernando Tatis Jr., hace de los Padres de San Diego uno de los mejores equipos en el papel dentro de todas las Grandes Ligas.
Con la llegada del quisqueyano a suelo californiano, sin dudas que mejora la cara de la ofensiva del conjunto, equipo que se ha visto considerablemente mermado en la producción con el madero, principalmente por parte de sus jardineros.
En el curso del 2022, hasta antes de los partidos del martes 2 de agosto, los Padres de San Diego se ubican como 24 en producción de jonrones entre equipos de MLB (91), desplazándose a la posición #19 en promedio de bateo colectivo (.240) y OPS (.692).
Todo esto empeora aún más al hablar de forma especial del cuerpo de jardineros de los Padres, quienes tan solo combinan los pírricos promedios de .224 en bateo y .655 en OPS, quienes solo han contribuido con 26 jonrones y 132 vueltas remolcadas a la causa del equipo.