El galardón de los cineastas pinta exitoso. No hay entre las nominadas ni comedias, ni documentales
Por José Rafael Sosa
Este domingo 28, desde las siete de la noche se monta, en el auditorio Juan Bosch de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez, lo que en los primeros meses de este año parecía un imposible de presentar: el VIII Premio La Silla de la Asociación Dominicana de Profesionales del Cine.
La entrega habrá de ser una celebración de honores de la industria del audiovisual hacia sí misma .Tal es el impacto previo del Premios que ya no hay invitaciones disponibles debió a que los nominados, más de 150 talentos correspondientes a dos años a ser premiados (2020 y 2021), más los miembros de ADOCINE, los periodistas acreditados, los patrocinadores y ejecutivos de entidades e instituciones vinculadas a la industria.
Diez excelentes dramas son la base de las nominaciones, por lo que es previsible que, cualesquiera que sean los ganadores, será un resultado exitoso.
Los dramas nominados de los dos años a premiar, son: Papi (Noelia Quintero), Mis 500 locos (Leticia Tonos), Cabarete (Iván Bordas) y Malpaso (Héctor Manuel Valdez) – de 2020- y Hotel Coppelia (José María Cabral), La Rasante (Hans García), Candela (Andrés Farias), Liborio (Nino Martínez Sosa, Más que el agua (Amauris Pérez) y El Blanco y (Alejando Andújar), de 2021.
Las votaciones están a cargo de los miembros de ADOCINE por vía de su página web institucional http://adocine.scmediamarketing.com/nosotros/
Una reflexión exhortativa
No hay entre las nominadas, ni comedias ni documentales, dos géneros que han sido muy importantes en 2020 y 2021. ADOCINE deberá sus criterios de nominación para otras entregas a fin de que estos dos géneros, no queden sin posibilidad de premios.
Para el lapso comprendido a nominar, se rodaron y proyectaron las comedias: Me gusta la tuya y Super Familia (Roberto Ángel), Los Reyes del Humor. (Frank Perozo) y Una película de parejas (Natalia Cabral & Oriol) Comedia/testimonial/Falso y real documental además de ser cine experimental.
De entre ellas, nos capta la atención La vida de los reyes, un biopic interesante producto del nuevo puesto de director de Perozo.
Una vida de parejas tiene elementos de tierno humor, pero es más cine testimonial y documental además de su estilo experimental aprovechando la sinergia entre los dos directores, pareja en la vida real. Es una especie de memoria fílmica que no duda en burlarse de sí mismos.
En documentales, hay dos piezas de singular trascendencia:
El Naturalista Isleño (Eladio Fernández y Freddy Ginebra Jr.) y
Una isla, dos repúblicas (Héctor Ulises Montas con guión Frank Moya Pons), que comparten un criterio común: perciben la isla de Santo Domingo (Haití y República dominicana) como una dimensión única, dado que la naturaleza no conoce de fronteras políticas y se ubica por encima de prejuicios, tabúes y mentiras tradicionalmente fabricadas por los gobernantes de ambos países.
Las tomas aéreas y sobre el horizonte de Una isla, dos repúblicas, tienen el nivel de calidad visual, movimiento y enfoque de los documentales de The History y Discovery Channel. Muy poca gente tuvo el gusto de verla en Palacio del Cine de Ágora Mall, a pesar de su nutrida premiere, no tuvo el sostén de una publicidad persistente que llevara gente a la sala.
El naturalista isleño es una de las producciones ambientalistas de mejor realización que hayamos visto en la cual se cruzan con igual fuerza, el lenguaje del cine (sobre todo fotografía), y el poder de una narración basada en el conocimiento preciso de los hechos descritos. Una pena que no haya sido nominada o galardonada. Sus hallazgos científicos, la belleza natural de ambos países, y el abordaje del guión, destacan.
Una isla, dos repúblicas, tiene un sitial aparte por los elementos que conjuga notables valores artísticos, geográficos y humanos, a pesar de su tendencia preciosista, enmarca el texto de Frank Moya Pons y el potencial del director, responsable de la producción de otro gran trabajo documental (Republica del Color, Héctor Manuel Valdez y Chiqui Vicioso).
El director de este trabajo, se encuentra actualmente en etapa de preproducción de un documental que va a presentar lo mejor del arte latinoamericano a partir de los fondos del Museo de las Américas, de la Organización de Estados Americanos. Y cuya dirección de fotografía se había contratado a Claudio Chea (EPD), pero ya se sabe que ocurrió. Ahora será Peyi Guzmán.