Relata sangriento episodio y pide condena ejemplar a su agresor
El dominicano Ángel Miguel Salazar, de 23 años, empleado del restaurante McDonald´s de la calle 117 y Tercera avenida en Harlem el miércoles de la semana pasada relató el sangriento episodio cuando fue apuñalado varias veces por el afroamericano Ezekiel Dunn Jennings, quien se entregó a la policía.
Salazar explicó que el ataque no estaba originalmente dirigido a él y que fue apuñalado cuando el agresor discutió con uno de sus compañeros de trabajo, y estaba ofendiéndola por lo que intervino para defenderla.
El dominicano que sigue en el hospital donde espera otra cirugía fue apuñalado por Jennings en la cara, la espalda y el brazo por lo que Salazar tuvo que ser sometido a un coma inducido.
Celebrando las acusaciones de intento de asesinato y posesión ilegal de un arma contra Jennings, Salazar dijo que su atacante tiene que pagar por lo que hizo.
Ayer jueves, en la Corte Criminal de Manhattan el acusado alegó defensa propia y dijo que reaccionó al ser golpeado con un palo después de entregarse el lunes.
“Me siento bien que se haya entregado”, dijo Salazar desde el hospital en una entrevista por teléfono con el tabloide NY Post desde su cama en el hospital. “Tiene que pagar por lo que hizo”.
El agresor se entregó en el cuartel 75 de Brooklyn y fue trasladado al cuartel 25 en Harlem donde lo procesaron, tiene cuatro arrestos previos por delitos graves y menores.
Salazar, intentó usar un palo plástico de limpieza para enfrentar a Jennings y proteger a sus dos compañeras de trabajo cuando fue emboscado, según dijo la semana pasada la gerente del McDonald´s Jennifer Bisla Rodríguez.
“Todo lo que tengo que hacer es agradecer a Dios que tengo otra oportunidad y todavía estoy vivo”, dijo Salazar. “Tengo que ser fiel y agradecido por eso. Sé que probablemente tenga grandes cosas para mí ahora porque me dio otra oportunidad”.
Añadió que, aunque todavía no puede mover por completo la mano izquierda se siente mejor.
Salazar, explicó que Jennings estaba discutiendo con una de sus compañeras de trabajo, pero que al principio no prestó mucha atención.
“Pero luego estaba discutiendo con mi otra compañera de trabajo, estaba muy tranquila, no le gusta discutir, no hace nada de eso, es agradable. Cuando vi que era agresivo y estaba tratando de golpearla, fue cuando salté. Simplemente agarré un palo y fui a defenderla”.
Dijo que simplemente quería golpear al hombre en la pierna para que se fuera.
“Lo golpeé en la pierna”, agregó. “Lo que estaba tratando de hacer era que se relajara y se fuera. Pero agarró algo, todo sucedió muy rápido”.
Dijo que si hubiera sabido que Jennings tenía un cuchillo, probablemente habría agarrado el de él “y la historia habría sido diferente”.
Les pidió a sus compañeros y compañeras de trabajo que llamaran una ambulancia. “Volví a la cocina. Estaba pidiendo agua y fue entonces cuando caí al suelo. Me desmayé durante unos minutos”.
Narró que cuando volvió en sí, se dio cuenta de que un policía lo estaba agarrando, diciéndole “quédate conmigo mi hombre, quédate conmigo mi hombre, no te vayas, no te vayas”, una frase usual de paramédicos y policías cuando alguien está agonizando.
La gerente calificó a Salazar como un héroe, pero él dice que simplemente hizo lo que se suponía que tenía hacer.
“Hice lo que haría un hombre de verdad, porque cuando vi que la iba a golpear, lo primero que pensé fue que probablemente golpearía a mi hermana, a mi madre, a uno de mis primos, a uno de mi familia y por eso salté”, añadió Salazar.
“Y lo volvería a hacer, lo volvería a hacer porque en mi país República Dominicana, no hacemos eso. Cuando un hombre golpea a una mujer, saltamos”, explicó.
Miguelina Salazar, hermana mayor del empleado informó que un detective le envió un mensaje de texto el lunes por la noche para informarle que el sospechoso había sido arrestado.
“Queremos que obtenga la máxima sentencia”, dijo Miguelina, y agregó que el ataque a su hermano no fue justo.
“Ese hombre es peligroso”, sostuvo.
Jennings tiene cuatro arrestos previos, por asalto, conductas criminales y amenazas, dijo la policía de Nueva York.
Por Miguel Cruz Tejada