El consumo diario y casi diario de marihuana ha superado al del alcohol en Estados Unidos, según un análisis de datos de estudios nacionales que abarcan cuatro décadas.
Aunque el alcohol sigue siendo consumido por más personas, 2022 marcó la primera vez que el consumo intensivo de marihuana superó al consumo altamente frecuente de alcohol, según Jonathan Caulkins, investigador de políticas relacionadas con el cannabis en la Universidad Carnegie Mellon y autor del estudio.
“Un buen 40% de los usuarios actuales de cannabis lo consumen diariamente o casi a diario, un patrón más asociado con el consumo de tabaco que con el típico consumo de alcohol”, comentó Caulkins.
El estudio, que se basa en datos de la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y Salud, se publicó el miércoles en la revista Addiction. Esta encuesta es una fuente muy respetada de información sobre el consumo de tabaco, alcohol y drogas en Estados Unidos.
En 2022, se estima que 17,7 millones de personas consumieron marihuana a diario o casi a diario, en comparación con 14,7 millones que consumieron alcohol con la misma frecuencia, según el estudio. De 1992 a 2022, el índice per cápita de consumo diario o casi diario de marihuana aumentó 15 veces.
Esta tendencia refleja los cambios en las políticas públicas. La mayoría de los estados permiten el uso médico o recreativo de la marihuana, aunque sigue siendo ilegal a nivel federal. En noviembre, los votantes de Florida decidirán sobre una enmienda constitucional para permitir el uso recreativo del cannabis, y el gobierno federal está avanzando para reclasificar la marihuana como una droga menos peligrosa.
Las investigaciones indican que los usuarios frecuentes tienen mayores probabilidades de volverse adictos a la marihuana, dijo el doctor David A. Gorelick, catedrático de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, que no participó en el estudio.
El número de usuarios diarios sugiere que más personas están en riesgo de desarrollar un uso problemático del cannabis o de volverse adictos, añadió Gorelick.
“El uso frecuente también aumenta el riesgo de desarrollar psicosis relacionada con el cannabis”, una condición grave en la que la persona pierde el contacto con la realidad, explicó.
