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El entorno ideal para comer no existe. Cada persona tendrá unas preferencias y unos gustos que determinarán cuál es el mejor sitio para hacerlo. Lo que sí es cierto que comer con los cinco sentidos mejora y ayuda a que no comamos de más.

Altice

Muchas personas se pasan media vida buscando una solución para la pérdida de peso. Hacer más ejercicio físico, comer menos cantidad, escoger los productos más naturales y menos procesados… hábitos que muchas veces no dan resultado. Sin embargo, existe un truco infalible para comer menos y que puede hacer todo el mundo: apagar la televisión, el móvil o las tabletas mientras comemos. Este sencillo gesto hace que comamos menos y que disfrutemos de la comida que ingerimos, algo esencial para la pérdida de peso y para apreciar los sabores de los alimentos que tomamos.

A pesar de este dato, son muchos (o casi todos) los que comen delante de la televisión. Según los datos extraídos del estudio, Comer con los cinco sentidos, realizado en 3.000 personas, 9 de cada 10 españoles (91,62%) ve algún tipo de pantalla durante alguna de las comidas del día.

El dispositivo más consumido en alguna de las distintas comidas a lo largo del día es la televisión, y la cena es el momento en el que mayor porcentaje de españoles acompaña esta actividad con alguna pantalla, pues 7 de cada 10 afirma mirar algún dispositivo en este momento del día.

Además, la tendencia del uso de terminales en los momentos de alimentación se ha visto incrementada con la pandemia. Así, casi el 64% de las personas que teletrabaja o estudia desde casa algún día a la semana considera que utiliza más las pantallas durante las distintas comidas desde que comenzó, ya sea, entre otros, para estar al día y más informado (47,43%), para entretenerse (43,50%) o para sacar el trabajo, por falta de tiempo (41,19%).

Pese a su elevado uso, más del 87% de los encuestados considera que el hecho de utilizar dispositivos electrónicos o pantallas mientras se come es un mal ejemplo y solo 3 de cada 10 conoce las consecuencias que tiene en la capacidad de disfrutar de la comida y en el aumento de peso. Según explica a CuídatePlus Jesús Porta-Etessam, jefe de sección de Neurología del Hospital Clínico San Carlos, en Madrid, abusar de la televisión o las pantallas tienen muchos efectos ya que “la atención se focaliza en un medio que presenta sonido y movimiento, dos aspectos importantes en el ser humano para dirigir el foco de la atención”.

Por tanto, a la hora de comer, “la televisión, o cualquier dispositivo con pantallas que utilicemos de forma simultánea a las comidas funciona como un factor de distracción que hace que no seamos del todo conscientes de qué comemos y que no apreciemos las texturas, sabores u otras propiedades de los alimentos de la misma manera”, informa el experto. Incluso “hay personas que no recuerdan lo que han comido”. Esto, lamenta Porta-Etessam, “disminuye mucho el disfrute de los alimentos”.

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En cuanto a los efectos sobre la salud, más allá de que no disfrutemos de la comida, es importante explicar que “cuando focalizamos la atención visual en las pantallas, televisión y más habitualmente tablet o móviles a la hora de comer, se ha observado que esta práctica lleva un detrimento en la salud, dado que disminuyen la sensación de saciedad, entre otras cosas”.

El cerebro, explica, “en cierta medida inhibe el proceso consciente por lo que comer será un elemento práxico y sin recuerdo del mismo. No solo tenemos menos saciedad, sino que desgraciadamente muchas veces no hemos disfrutado de lo comemos ni de la compañía con la que comemos”, afirma el experto. Todo esto hace que, evidentemente, aumentemos de peso, ya que al no tener sensación de saciedad, comemos mucho más. Hay datos que apuntan a que “esta práctica puede provocar que ingiramos más cantidad de comida a la que estamos acostumbrados”.

De hecho, así concluye el estudio Comer atentamente: una revisión sistemática y un metanálisis del efecto de la memoria y la conciencia en la ingesta de alimentos sobre la alimentación , publicado en la revista The American Journal of Clinical Nutricion.

En él los autores revisaron 24 estudios sobre la relación entre la distracción y la obesidad y vieron que comer cuando uno estaba distraído produce un aumento moderado en la ingesta inmediata y de la ingesta posterior en mayor medida. Según los autores, “la evidencia científica indica que es probable que la alimentación atenta influya en la ingesta de alimentos y que la alimentación atenta puede ser un enfoque novedoso para ayudar a perder y mantener el peso sin la necesidad de contar las calorías de forma consciente”.

Pero este no es el único estudio que indica que comer con la televisión puesta o viendo otras pantallas tiene un efecto directo en el sobrepeso, sino que otro estudio anterior llevado a cabo en Canadá y liderado por investigadores de la Universidad de Toronto, señala que los niños que comen viendo la televisión engordan más que los que los prescinden de ella. El estudio, encabezado por el nutricionista Harvey Anderson, evidencia que “los niños que ven la televisión mientras comen asimilan de media 228 calorías más que los que no la ven”. Esto es así porque, según el autor, “la televisión invalida la capacidad de saber cuándo debemos parar de comer y el visionado mecánico de televisión provoca una alimentación también mecánica”, lo que repercute en el peso de los niños.

El entorno ideal para comer

La realidad es que el entorno ideal para comer no existe. Cada persona es diferente y tendrá unas preferencias u otras. Lo que está claro es que, a la vista de los estudios y en opinión de los expertos, comer delante de las pantallas no sólo no es la mejor forma de hacerlo sino que puede hacer que aumentemos de peso.

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Por este motivo y en un intento por buscar el entorno más adecuado para comer alejados de la televisión y del móvil, el equipo de Porta-Etesssam ha puesto en marcha un proyecto de investigación centrado en la creación de ambientes sonoros en formato podcast, basados en la importancia de la música en las experiencias gustativas y capaces de modular los aspectos multisensoriales de la experiencia gastronómica.

De este modo, cuando los escucha sin distracciones, el comensal es más consciente del proceso y participa activamente con todos los sentidos, logrando una experiencia mucho más positiva.

“La creación de ambientes sonoros puede potenciar una experiencia multisensorial de disfrute cuando se elaboran de una forma específica y personalizada para la misma”, explica el neurólogo. Además, “puede influir positivamente inhibiendo aspectos de tensión emocional, lo que estimula aún más el centrarse en la propia experiencia culinaria”.

En palabras de Porta: “Evitar el uso de las pantallas y adecuar el ambiente a través de un nuevo elemento sensitivo puede cambiar totalmente la percepción final de la experiencia gastronómica. En el ser humano, la alimentación es una sublimación y presenta aspectos realmente relacionados con el arte y el disfrute. Por ello, modulando el ambiente por medio de un espacio sonoro, seremos capaces de dirigir y mejorar la experiencia gastronómica. Implica una visión multisensorial. Y es que, los aspectos propios de la gastronomía trascienden la alimentación y, como el resto de las actividades humanas, se deben valorar también dentro de una perspectiva creativa”.

“Es conocida la capacidad que tiene la música de modular el estado de ánimo y modificar aspectos emocionales de los oyentes. Se ha observado cómo los diferentes tipos de música o aspectos ambientales pueden modificar no solo la experiencia, sino el apetito. Estudios muestran que ritmos jazzísticos pueden inducir un incremento en la necesidad de comer, mientras que otro tipo hip-hop lo pueden disminuir”, añade.

Los sonidos abordan cinco momentos distintos del día relacionados con la comida: el desayuno, la pausa de la mañana, la comida, la merienda y la cena. Han sido diseñados bajo los criterios del experto en neurología, atendiendo al tipo de ambiente, el ritmo y la melodía en función de las necesidades de cada momento, para favorecer el disfrute de una comida consciente y plena. Asimismo, se ha tenido en cuenta el tiempo medio recomendado para cada comida, coincidiendo así con la duración de cada uno de los podcasts en cuestión.

Las melodías se han testado con una muestra de personas y cerca del 65% de los participantes afirmaron que habían disfrutado mucho más de la experiencia gastronómica gracias al ambiente musical. Además, más del 80% sintió emociones positivas.

Cuidateplus.marca.com

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