Bartolo García
Desde la Plaza de San Pedro, el papa León XIV hizo este domingo un enérgico llamado a la paz en medio del creciente conflicto en Medio Oriente, tras los ataques aéreos lanzados por Estados Unidos sobre instalaciones nucleares en territorio iraní. El pontífice advirtió sobre el peligro de una “vorágine irreparable” si no se detiene la espiral de violencia.
Durante el rezo del Ángelus, el papa expresó su honda preocupación por las “alarmantes noticias” procedentes de Irán, donde la tensión ha escalado luego de que Estados Unidos bombardeara tres de sus principales instalaciones nucleares. El Santo Padre urgió a detener la tragedia de la guerra y devolver a la diplomacia el protagonismo en la resolución de conflictos.
“Hoy más que nunca, la humanidad grita e invoca la paz”, exclamó el papa ante miles de fieles congregados. En su mensaje, subrayó que ese clamor no debe ser silenciado por el estruendo de las armas ni por discursos belicistas, y destacó la urgencia de atender a las víctimas civiles atrapadas en medio de los enfrentamientos.
El pontífice condenó los efectos humanitarios de la escalada bélica en regiones ya golpeadas por conflictos prolongados, como Gaza y otras zonas palestinas. Recordó que “ninguna victoria militar podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños y el futuro robado” a generaciones enteras.
En un mensaje directo a los líderes mundiales, León XIV insistió en que “no existen conflictos lejanos cuando está en juego la dignidad humana” y que las guerras solo amplifican los problemas en vez de resolverlos. Agregó que los conflictos armados dejan cicatrices profundas en las comunidades, difíciles de sanar incluso tras décadas de paz.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Rusia condenó los ataques de Estados Unidos, calificándolos de una “peligrosa escalada” que pone en riesgo la seguridad global. Moscú alertó sobre posibles consecuencias radiológicas y advirtió que este tipo de acciones podría tener efectos devastadores en la estabilidad regional.
El presidente de Irán, a través de su canciller Abbas Araghchi, declaró que Teherán no retomará las negociaciones hasta que haya dado una “respuesta” al ataque y cesen las agresiones de Estados Unidos e Israel. Araghchi sostuvo que su país dispone de una “variedad de opciones” para responder.
Horas después del bombardeo estadounidense, Irán lanzó una nueva oleada de misiles sobre territorio israelí, alcanzando zonas como Tel Aviv y dejando al menos 16 heridos. Este contraataque representa una escalada directa que amenaza con extender el conflicto más allá de sus fronteras actuales.
La Unión Europea ha manifestado su preocupación ante los últimos acontecimientos y reiteró que la única salida posible debe ser diplomática. Las autoridades comunitarias instaron a todas las partes involucradas a “dar un paso atrás” y evitar una confrontación que pueda volverse incontrolable.
En tanto, la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) convocó una reunión de emergencia para el lunes, con el objetivo de evaluar la situación en las instalaciones nucleares afectadas y evitar un posible desastre humanitario o ambiental de gran escala.
El papa León XIV concluyó su intervención con una oración por las víctimas del conflicto y por la sabiduría de los gobernantes. “Que la diplomacia haga callar las armas, que las naciones tracen su futuro con obras de paz”, fueron sus palabras finales.
En las últimas semanas, tanto Irán como Israel han intensificado sus ataques, generando preocupación en todo el mundo. Organismos internacionales, incluyendo Naciones Unidas, advierten que una guerra abierta entre ambos países tendría consecuencias imprevisibles.
El Vaticano ha reiterado su compromiso con la búsqueda activa de la paz y ofrecido su mediación, en caso de que las partes estén dispuestas a dialogar. Hasta ahora, las posiciones permanecen polarizadas y el riesgo de un conflicto de gran escala sigue latente.
La comunidad internacional se mantiene en alerta, esperando que los llamados a la cordura y al diálogo, como el realizado por el papa, logren abrir una vía para la desescalada. El mundo observa con atención y preocupación los próximos movimientos en uno de los episodios más delicados del presente geopolítico.
