KIEV.- Ucrania admitió este jueves que la batalla que libra con Rusia se encuentra en un punto muerto al haberse convertido en una guerra de posiciones tras 617 días de combates y casi cinco meses de contraofensiva, algo que las fuerzas del Kremlin niegan con el argumento de que seguirá empujando en los frentes hasta alcanzar todos sus objetivos.
“En estos momentos se está convirtiendo gradualmente en una guerra de posiciones”, escribió el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valeri Zaluzhni, en un extenso artículo publicado junto a una entrevista en el semanario británico The Economist. Según el general, la situación de estancamiento empezó a manifestarse el verano boreal pasado, lo que conduce a la prolongación del enfrentamiento armado.
Zaluzhni llegó incluso a comparar la situación actual con la guerra de trincheras de la Primera Guerra Mundial, en la que se luchaba durante meses por unos pocos metros. “Al igual que en la Primera Guerra Mundial, hemos alcanzado un nivel de tecnología que nos sitúa en un punto muerto”, afirmó.
El jefe de la oficina presidencial de Ucrania, Andriy Yermak, y el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas ucranianas, Valeri Zaluzhni, en una conversación telefónica
El Kremlin, por su parte, rechazó el análisis de Zaluzhni. “No. [El conflicto] no está en un punto muerto. Rusia continúa llevando a cabo su operación militar especial. Todos los objetivos establecidos deben alcanzarse”, dijo el vocero del presidente Vladimir Putin, Dimitri Peskov.
En la visión de Moscú, Kiev debe comprender que no puede ganar a Rusia en el campo de batalla. “Cuanto antes el régimen de Kiev lo comprenda, habrá más perspectivas [para una solución]”, concluyó Peskov.
El estancamiento planteado por Zaluzhni sería un punto a favor para Moscú, en momentos en que la guerra en Medio Oriente acaparó la atención de la prensa internacional. “Es beneficioso para el enemigo, que está intentando por todos los medios reconstituir y aumentar su poderío militar”, alertó.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés) advirtió que no es el momento para que Occidente disminuya su ayuda a Ucrania, porque provocaría un retraso en la llegada de armamento al frente y entorpecería la estrategia ucraniana, como ya ocurrió el año pasado, cuando la resistencia occidental a enviar el armamento moderno solicitado por Kiev retrasó la primera contraofensiva hasta el otoño.
Zaluzhni admitió en el artículo que las tropas que dirige solo avanzaron 17 kilómetros desde que lanzaron la contraofensiva el pasado 4 de junio en la región oriental de Donetsk y la provincia sureña de Zaporiyia, ambas anexionadas ilegalmente por Rusia en 2022, pero recordó que los rusos intentaron durante diez meses tomar la ciudad de Bakhmut a fin de controlar una zona de 36 kilómetros cuadrados.
Zaluzhni también reconoció que subestimó a Rusia al creer que podría detener al Ejército enemigo solo “desangrándolo”.
“Fue mi error. Rusia perdió por lo menos 150.000 soldados. En cualquier otro país este tipo de pérdidas hubieran detenido la guerra. Pero no en Rusia, donde la vida no vale nada y donde el presidente Putin se guía por las dos guerras mundiales, en las que el país perdió decenas de millones de personas”, señaló.
“El simple hecho es que vemos todo lo que hace el enemigo y ellos ven todo lo que hacemos. Para salir de este callejón sin salida necesitamos algo nuevo, como la pólvora, que inventaron los chinos y que todavía utilizamos para matarnos unos a otros”, enfatizó.
Agencias Reuters y AP, y diario El País