Washington no ha sido capaz de persuadir a ningún aliado para que participe en una eventual intervención militar internacional en un Haití asolado por la violencia, reporta The Miami Herald, remitiéndose a fuentes al tanto de la situación.
Los funcionarios de la Administración Biden están debatiendo si la resolución estadounidense distribuida a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU debe ser revocada si ningún país da un paso al frente y no ofrece tropas en los próximos días. Mientras tanto, Washington tampoco se ha comprometido proporcionar sus propias fuerzas, lo que ha suscitado frustración entre sus socios, escribe el periódico.
Además, varios países han exigido que se elabore un plan concreto por escrito antes de votar la resolución.
De momento, la propuesta no ha encontrado apoyo en el mundo. En particular, Francia descartó la posibilidad de aportar tropas, Canadá se mostró repetidamente reticente a contribuir con fuerzas terrestres y Brasil también expresó su escepticismo. Por su parte, Rusia y China expresaron su preocupación por el despliegue de fuerzas extranjeras en Haití.
«No se ha avanzado en conseguir socios voluntarios», afirmó uno de los informantes, quien constató que «nadie está dando un paso adelante».
El clima político y social del país ha sufrido un grave deterioro desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021. Las condiciones se han vuelto especialmente difíciles en los últimos meses, ya que cientos de bandas criminales tomaron el control de la capital, Puerto Príncipe, y bloquearon las terminales de combustible del país.
Debido a la grave escasez de alimentos y de agua, la economía nacional se paralizó y los hospitales se vieron obligados a cerrar en medio de un rebrote de cólera.
Estas turbulencias llevaron a un fuerte incremento de los precios y al recrudecimiento de la violencia en las calles. La situación provocó semanas de masivas protestas de ciudadanos que exigen la renuncia inmediata del primer ministro Ariel Henry.