Por Ramón Mercedes
NUEVA YORK.- El dirigente de izquierda y comunitario en esta ciudad, Luis Mayobanex Rodríguez (Radhames Pérez), expresa que predomina, sobre todo en el submundo del partidismo dominicano, la valoración de que el retiro proyecto fue producto de la presión popular y es, por tanto, una derrota política “aplastante” para los gobernantes.
El presidente Luis Abinader admitió que la “propuesta no cuenta con el consenso necesario para ser aprobada”.
Al decir que cumplió con su responsabilidad presentando al país una Ley de Responsabilidad Fiscal, golpea duramente y le carga el dado a quienes desde el campo político y el mundo empresarial han abordado el tema por años, pero han eludido ponerlo ejecución por preservar “popularidad política” y “privilegios” económicos.
Recoger la propuesta ha generado una ola de auto celebración por una “victoria” que para mí no está del todo claro, acompañada por un compromiso público con el “dialogo y el consenso” para la Reforma de parte de partidos políticos, empresarios, comerciantes, iglesias de distintas denominaciones, entre otros grupos sociales.
Nada de lo dicho desmerita el valor de la movilización ciudadana y presión popular, las cuales hay que continuar promoviendo tras el propósito de que el Estado dominicano cumpla con la histórica deuda social acumulada con nuestro pueblo.
Las protestas, además se justificaban, dado que el proyecto sometido, ahora en retiro, significaba un rasguño de recién nacido para los millonarios y, por el contrario, una mordida de cocodrilo para el pueblo.
Por lo que se ve, no necesariamente por lo que es, el gobierno sale libre, por el momento, de la presión del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ahora, con los sectores de la vida nacional, se instalará una mesa de diálogo y logrará un consenso sin las medidas más odiosas, ejemplo las que amplían la aplicación del ITBIS a artículos y productos de la canasta básica familiar.
En esta perspectiva, será trabajo de los técnicos del oficialismo dejar abierta, en letras minúsculas, la posibilidad, en el acuerdo final, para que sea en la presente o en la próxima administración cumplir con todos los requisitos del FMI sin peligro de repetirse en RD la insurrección desarmada del 24 de abril de 1984.
Así como será responsabilidad de la izquierda, el progresismo nacional y todo el movimiento social generar una propuesta de justicia fiscal mediante un amplio y democrático proceso de consulta comunitaria y ciudadana, incluidas, las comunidades de dominicanos en el exterior.
Desde ya hay que ir reclamando del gobierno que ponga el ejemplo, dado que resultara imposible que el pueblo acepte penalizar con el pago de impuestos hasta la compra de la carne, tayota y el limón, mientras miles de millones de pesos se pierden en una exorbitante empleomanía parte de la cual solo tiene el mérito de ser militante del partido oficial.
Además, hacer cumplir la ley y combatir la gran evasión fiscal que practican los multimillonarios del país. Es más, solo cerrando la brecha de la evasión fiscal de los que más tienen, el Estado generará recursos más que suficiente para superar el déficit oficial admitido de RD$122,000 millones de pesos.
Por ultimo y como una lección de esta historia reciente vivida y por aquello del valor político de lo “que se ve y no se ve”, en medio de la vorágine fiscal no prestamos la debida atención a las demás reformas plateadas por el oficialismo, entre estas la constitucional aprobada con la complicidad de algunos y la ceguera de muchos.