La disfunción eréctil es un problema muy frecuente: afecta al 40% de los hombres de 40 años y a más de la mitad de los mayores de 60 años; teniendo en su origen distintas causas; tal y como recuerda a CuídatePlus, Raquel Campuzano, presidenta de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología. “Existe una íntima relación con la enfermedad cardiovascular, de hecho, la disfunción eréctil es un marcador de enfermedad vascular también en otros territorios. Aparece unos tres años en promedio antes que la enfermedad coronaria, el ictus o la enfermedad arterial periférica y se asocia a todas las causas de mortalidad y también la debida a enfermedad cardiovascular”, detalla esta especialista.
En cuanto a la relación entre el colesterol alto y la disfunción eréctil, Jesús E. Rodríguez, director del Instituto Sexológico Murciano (ISM), comparte que en la actualidad los problemas de erección se consideran un importante indicativo de la enfermedad coronaria. “El mecanismo de erección lo inician señales nerviosas que hacen que los músculos lisos penianos se relajen, lo cual permite que la sangre que viene por las arterias fluya dentro del tejido esponjoso del pene y se acumule. El pene se agranda y se vuelve más firme”, explica Rodríguez y prosigue: “Posteriormente, las venas se cierran para evitar que la sangre salga del pene. La enfermedad cardiovascular afecta a estos vasos sanguíneos que son tan importantes para el mecanismo de la erección, y esto puede ocurrir incluso en las primeras etapas de la enfermedad cardiovascular”.
En la misma línea, la portavoz de la SEC señala que “la disfunción eréctil y la enfermedad cardiovascular comparten mecanismos y factores de riesgo como son la diabetes, el tabaquismo, la hipercolesterolemia, la obesidad, la hipertensión arterial, la depresión y el sedentarismo”. A su juicio, cuando se detecta la disfunción eréctil hay que comprobar el resto de los factores de riesgo cardiovascular para controlarlos de forma global y prevenir futuras complicaciones cardiovasculares.
Medicación para el corazón: ¿cómo afecta a la sexualidad?
Según los expertos consultados, existen algunos fármacos para tratar los problemas cardiovasculares, los antagonistas de la aldosterona, algunos betabloqueantes y los diuréticos tiazídicos que han demostrado tener un impacto negativo en la sexualidad al reducir la función eréctil y el deseo sexual. “Sin embargo, dado el beneficio pronóstico qué aportan muchas de dichas medicaciones, es preferible añadir un tratamiento específico para la disfunción sexual que la retirada de los fármacos cardiovasculares”, matiza Campuzano y añade: “En el caso de los varones son muy útiles los inhibidores de la fosfodiesterasa. En las mujeres no existe aún un fármaco tan eficaz para la mejora de la función sexual, pero sí que se puede abordar la sexualidad desde muchas otras esferas no medicamentosas”.
Por otra parte, Rodríguez indica que “los fármacos más nuevos han demostrado tener efectos neutros (inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina [IECA], antagonistas de los receptores de la angiotensina II [ARA II], antagonistas del calcio) o incluso efectos beneficiosos (bloqueantes de receptores de angiotensina, nebivolol)” en cuanto a la sexualidad de los pacientes cardiovasculares. “Cada caso debe ser estudiado por el profesional para valorar si es necesario sustituir un medicamento por otro o simplemente con un ajuste de dosis se pueden reducir los efectos indeseados sobre la función sexual”, advierte el director del ISM e insiste en que se necesitan más estudios para conocer mejor los efectos de estos tratamientos sobre la sexualidad femenina y la incidencia relativa de los efectos secundarios sexuales.
Sobre los efectos de la medicación en la actividad sexual, Rodríguez también comenta que “la mayoría de las disfunciones sexuales inducidas farmacológicamente son reversibles y una reducción de la dosis o la suspensión o sustitución por medicamento de similar eficacia y con una menor incidencia de efectos secundarios sexuales suele ser suficiente”.
¿Reducir el colesterol mejora el sexo?
En cuanto a la evidencia científica, un estudio realizado por la Universidad de Rutgers de Nueva Jersey (EEUU) sugiere que el tratamiento con estatinas en hombres con enfermedad coronaria mejorar la disfunción sexual. Entonces, ¿se puede decir el reducir el colesterol mejora la actividad sexual? “Las estatinas son tratamiento de evidencia comprobada para prevenir complicaciones cardiovasculares y obligatorias una vez que ya existe un evento, por ello también pueden mejorar la disfunción eréctil”, responde la portavoz de la SEC. No obstante, esta especialista aclara que “no podemos concluir que las estatinas sean un tratamiento en sí mismo para la disfunción eréctil, pero sí que un control global del riesgo y por supuesto de la dislipidemia pueden mejorar la función vascular y con ello la función eréctil”. Asimismo, Campuzano reconoce que para algunos pacientes con este tratamiento el hecho de saber que puede mejorar su vida sexual les ayudar a seguir el tratamiento.
Con respecto al mencionado estudio, Rodríguez resalta que la concentración elevada en la sangre de lípidos como el colesterol es uno de los principales factores de riesgo en las enfermedades cardiovasculares; así la erección y el reflejo de excitación femenino son procesos hemodinámicos. “Por tanto, la salud cardiovascular es un pilar de la función sexual en hombres y en mujeres y el colesterol alto sería una amenaza en ambos casos para la actividad sexual”, apunta.
Por último, Campuzano subraya que existen otros elementos, más allá de la concentración de colesterol en sangre, que repercuten en la disfunción sexual como el tabaco, la diabetes, la depresión, la obesidad, el sedentarismo y la hipertensión arterial. “Siempre que se detecte disfunción eréctil hay que hacer un chequeo de todos los factores de riesgo porque es un marcador de enfermedad cardiovascular que precede a las complicaciones en otros territorios. Por ello hay que controlar todos los factores de riesgo cardiovascular al máximo”, recomienda esta experta.