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Reynaldo Peguero

Altice

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De 158 municipios del país, en 85 no se reportan casos nuevos de dengue. En 128, los enfermos disminuyen y apenas 6 muestran aumento discreto. A diferencia de México, Costa Rica, Panamá, Belice y Nicaragua que mantienen altas tasas de incidencia, República Dominicana, ni se menciona en el último reporte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Al nueve de diciembre 2023, nuestra letalidad por dengue es 0.10%, con 23 defunciones en unos 21,948 casos en el período.

Por más de 30 años he tratado de evidenciar diversas anfibologías alarmistas. El último match fueron los falsos 20,800 fallecidos Covid, cuando organismos reputados, apenas registraron 4,375 descensos. La exageración numérica caracteriza varios análisis citados en los medios como buenos y válidos.

“Infectólogo denuncia 70 mil casos de dengue”. “Político imputa más de 50 fallecidos y acusa gobierno de manipular información”. “Epidemiólogo notifica brote más grave de la historia de la salud pública”.

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Son algunos de los titulares derivados por la serie de pasarelas realizadas por varios epidemiólogos espurios. El reloj avanza y caen de bruces, todo tipo de impudicias, incontinencias y deslenguamientos informativos, que no pudieron soportar el peso categórico del tiempo.

Métodos para derribar el catastrofismo son: i) Falacia de Berkson y ii) Preguntas de Philip Sartwell. Es decir, calcular relaciones y diferencias entre morbilidad percibida, morbilidad diagnosticada y morbilidad real. Igualmente, cuestionar numerador y denominador de tasas de morbilidad o mortalidad.

Sépase que el foro de inteligencia artificial reciente evidenció sistemas de información en Filadelfia USA que notifican a redes sociales, diversos registros de causas estudiadas para no generar alarmas y demandas excesivas de enfermos que parecen, pero realmente no son la enfermedad que se estudia.

Una anécdota. Como profesor, hace unos años en el auditorio de ciencias de PUCMM, mostraba las diferencias entre brote, epidemia, pandemia y endemia. Un estudiante preguntó sobre la certeza de una información en un periódico que publicaba una gran epidemia de tuberculosis en barrios de Santiago.

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Respondí que no conocía esa información, pero como laboraba en la dirección regional de salud, le prometía investigar detalles del título periodístico. La respuesta no se hizo esperar.

Al buscar en barrios y centros, pruebas de la supuesta cantidad de tuberculosis, el médico denunciante, cuestionado pidió excusas al indicar: “es que la clínica adquirió un nuevo equipo de rayos x, y queríamos que la gente lo utilizara para saber si padecían o no, esta enfermedad”.

Paquete, bulto y allante de información sin pruebas diagnósticas, constituyen la base de muchas denuncias epidemiológicas efectuadas por actores históricamente conocidos.

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