El bótox o toxina botulínica es la técnica estética más realizado en nuestras consultas de dermatología de Clínica Dermatológica Internacional y del Hospital Ruber Internacional. Antes de optar por este tratamiento, es crucial entender todos los aspectos relacionados con él. Con este artículo pretendo darte una visión completa sobre el bótox, incluyendo su definición, funcionamiento, durabilidad, diferencias con otros tratamientos y los riesgos que conlleva, así como 6 reglas de oro desarrolladas por los médicos de mi equipo.
¿Qué es el bótox?
El bótox es el nombre comercial de la toxina botulínica tipo A, una sustancia utilizada en procedimientos médicos y estéticos. Hoy el mundo de la estética podría dividirse entre “antes del bótox” y “después del bótox” ya que ha supuesto una revolución en las técnicas de rejuvenecimiento sin cirugía. Descubierto inicialmente para tratar condiciones neurológicas y oftalmológicas, se ha popularizado en el ámbito de la estética por su capacidad para reducir las arrugas y líneas de expresión. Al inyectarse en músculos específicos, impide temporalmente la contracción muscular, resultando en una apariencia más suave y rejuvenecida de la piel.
¿Cómo funciona el bótox?
El bótox actúa bloqueando las señales nerviosas que hacen que los músculos se contraigan, resultando en una disminución de las arrugas dinámicas, aquellas formadas por la expresión facial. Es más efectivo en áreas como la frente, el entrecejo y alrededor de los ojos. La precisión en la infiltración es crucial; por ello, debe ser administrado por un médico cualificado. Los resultados se hacen notar dentro de los primeros días post-tratamiento y son máximos alrededor de dos semanas después. Aunque los efectos son temporales, con tratamientos regulares, algunos pacientes notan una mejora a largo plazo en la calidad de su piel.
¿Cuánto dura el efecto del bótox?
El efecto del bótox varía entre individuos, pero generalmente dura entre tres y cinco meses. Acaba de descubrirse una toxina botulínica en EEUU que dura alrededor de 6 meses, pero todavía no está en Europa. Factores como la edad, el tipo de piel, la localización de las inyecciones, y la dosis aplicada influencian la duración de los resultados. Con infiltraciones periódicas, se pueden prolongar los efectos del tratamiento.
¿Qué es el Baby Bótox?
El Baby Bótox se refiere a la aplicación de dosis menores de bótox para lograr un resultado más sutil. Esta técnica es popular entre aquellos que desean mantener una expresión facial más natural o entre los más jóvenes que buscan prevenir la aparición de líneas de expresión. Aunque los resultados son menos drásticos y requieren retoques más frecuentes, esta modalidad permite una mayor precisión y personalización del tratamiento, adaptándose a las necesidades y preferencias individuales.
¿Cuáles son los peligros del bótox?
El bótox, aunque generalmente seguro, no está exento de riesgos. El efecto secundario más frecuente es el hematoma. En casos raros, pueden ocurrir efectos más serios como la difusión de la toxina a áreas cercanas, causando debilidad muscular o caída de párpados que puede durar días o semanas. También puede existir asimetría de las cejas o incluso cejas demasiado elevadas, las llamadas “cejas de Mephisto”. La clave para minimizar estos riesgos es elegir un especialista con experiencia y seguir todas las recomendaciones pre y post tratamiento.
Diferencias entre bótox y rellenos dérmicos
Es común confundir el bótox con los rellenos dérmicos, pero son tratamientos distintos con objetivos diferentes. Mientras el bótox relaja los músculos para suavizar las arrugas dinámicas, los rellenos dérmicos “rellenan” las arrugas estáticas y restauran el volumen perdido en áreas como los labios, mejillas o el surco nasogeniano. Los rellenos, a base de sustancias como ácido hialurónico, ofrecen un volumen inmediato y pueden tener una duración de seis meses a varios años, dependiendo del producto específico y la respuesta individual.
6 reglas de oro del bótox
Por último, quería compartir con vosotros 6 reglas de oro desarrolladas por los médicos de mi equipo en relación a la infiltración con toxina botulínica:
- CUIDADO CON LA DOSIS. Para conseguir resultados naturales y dejar expresión al paciente se deben usar dosis adecuadas de toxina. Los músculos deben relajarse, no paralizarse con dosis demasiado altas. En la frente nos gusta usar dosis muy bajas y en la zona de las patas de gallo dosis muy altas. Por otro lado, dosis excesivamente bajas pueden dar duraciones de efecto demasiado cortas.
- EL BÓTOX PREVIENE ARRUGAS. El uso regular de infiltraciones de toxina botulínica tiene un efecto preventivo sobre el envejecimiento al “educar” la musculatura facial. EL Botox consigue que una arruga dinámica no se convierta en arruga estática (que se ve sin gesticular).
- CADA PACIENTE ES DISTINTO. No todos los pacientes requieren la misma técnica de inyección. La distinta anatomía de cada paciente hace que para conseguir resultados naturales los sitios de inyección y la dosis deben ajustarse en cada caso. Además, la técnica de inyección en hombres y mujeres es totalmente diferente. Por ejemplo, la forma de la ceja de la mujer, en “ala de gaviota” es totalmente diferente a la forma de la ceja masculina, que es recta y más próxima al párpado.
- PUEDE HACERNOS SENTIR MEJOR. Inyectado de forma adecuada reduce los gestos de preocupación y tristeza. Se ha demostrado que este efecto sobre nuestra expresión facial mejora nuestro estado de ánimo. Es decir que nos sentimos mejor porque nos vemos mejor.
- ACONSEJAMOS UN ABORDAJE FACIAL GLOBAL. La cara debe tratarse de una forma global para conseguir resultados naturales. Por ello es conveniente tratar la cara completa, para relajar los músculos “depresores” de la expresión facial y combinar el Botox con otras técnicas estéticas.
- LOS RESULTADOS NO NATURALES SE DEBEN A UNA MALA TÉCNICA. El “Botox” es como un bisturí: se pueden conseguir resultados buenos o malos en función de la técnica. Cuando los resultados son grotescos la causa es una mala utilización de la toxina.
