Con solo un año en la industria, la estrella musical empató un increíble logro que solo The Beatles poseían: ser número uno y dos al mismo tiempo en la lista de popularidad más importante de Estados Unidos y el mundo
Por Marco Ruíz
Infobae.com
La historia personal y artística de Iggy Azalea es un constante carrusel que la ha llevado a lo más alto dentro de la industria musical, pero incluye los bajos golpes que la fama puede tener. La rapera es considerada como una de las más grandes de la historia, sin embargo, para ello tuvo que vivir situaciones polémicas como migrar a Estados Unidos siendo menor de edad y sin autorización de sus padres, trabajar fregando pisos e incluso lidiar con una campaña mediática en su contra después de convertirse en la primera gran amenaza del reinado de Nicki Minaj.
Aunque su debut musical fue en el año 2011 con la canción Pu$$y -de las primeras melodías virales en la historia de YouTube, antes de la llegada de otras redes sociales-, el mundo entero la conoció en el 2014 con el estreno de Fancy, una combinación rap/pop que hizo de su naciente carrera todo un fenómeno internacional que acaparó la atención que las popstar tenían desde años atrás y rompiendo con el monopolio que Minaj había creado, pues nadie más en la industria le había intentado hacerle frente y mucho menos superarla.
Pese al gran éxito, las infinitas trabas laborales por parte de sus disqueras, sus representantes y los mismos medios de comunicación que no estaban dispuestos a tener una mujer blanca en el género, aún con la previa existencia de Eminem que compartía factores más que similares, hicieron de una de las promesas de la industria en una artista independiente que si bien ya no tiene las oportunidades internacionales que un gran sello discográfico puedo ofrecer, sigue siendo una leyenda que incluso ahora es respetada por la nombrada Reina del Rap, Nicki Minaj.
“No money, no family, sixteen in the middle of Miami”
Si bien la mayor parte de los artistas se inspiran en situaciones de su vida cotidiana para escribir historias, en el caso del rap es más que necesario para poder ser avalado y consumido por los demás, pues un rapero que no escribe sus propias canciones no es considerado de esa forma. Work fue su debut oficial bajo un reconocido sello discográfico, teniendo una lírica cien por ciento enfocada en sus primeros años y los sacrificios que tuvo que hacer para poder formar parte de la industria.
El 7 de junio de 1990 en Sídney, Australia, bajo el nombre de Amethyst Amelia Kelly, la rapera comenzó su camino enfrentando un elemento recurrente en la historia de varios grandes artistas: la pobreza. Las limitantes económicas que tenía su familia la hicieron vivir sus primeros años en una casa hecha con ladrillos de barro construida por sus padres y familiares, pero sus ambiciones en la vida no conocían ningún tipo de fronteras.
Desde los 14 años comenzó a rapear y mostrar su disgusto por tomar clases que no estuvieran relacionadas con el ámbito artístico:
“Cuando era niña y ahorraba para venir a Estados Unidos, solía ir allí y limpiar las casas de vacaciones y los hoteles. Puedes ganar mucho dinero haciendo eso porque la industria turística es rentable; no hay muchos trabajos para elegir. Cuando me empezó a gustar mucho la música rap, a nadie más le gustaba eso. No estaba bien, de donde vengo. A todos les gustaba la música rock, indie y dance. Así que no quería estar cerca de ellos”, expresó en el 2011 para la revista americana Complex.
De esa manera buscó el sueño americano: migró a los 16 años de edad a Miami, Estados Unidos, sin la autorización de sus padres. La cantante en más de una ocasión ha asegurado que fue la decisión crucial en su vida, pues a partir de ese momento lo mejor y peor estaba por venir, siendo todo plasmado en la canción y su video oficial.
“From trapping in Miami, nominations at the Grammies”
Su estadía por La Capital de Latinoamérica en Estados Unidos no fue nada agradable, pues se tuvo que incorporar a cualquier tipo de trabajo que le permitiera sustentar sus necesidades básicas y a la vez comenzar con la carrera por la que abandonó su natal Australia. Así Iggy Azalea pasó un tiempo fregando pisos en hoteles y restaurantes, e incluso por un breve tiempo trabajando hasta en lugares de “paso” donde todo el tiempo estaba expuesta a que pudiera ser agredida físicamente por ser menor de edad.
Su talento nato le ayudó a no quedarse “atrapada en Miami”, pues comenzó su carrera lanzando videos y canciones de forma independiente en YouTube siendo una de las primeras en tener hits virales provenientes de internet -una práctica muy común ahora con redes como TikTok-. Así llegó a los oídos de la disquera Interscope Records y del rapero T.I. quien desde ese momento se convirtió en su “padrino”, dándole la oportunidad de colaborar con estrellas como Steve Aoki, aunque años después la traicionaría después de que ella alcanzó mucho más fama y prestigio que él.
“I’m so fancy, you already know…”: la canción que la hizo empatar a The Beatles
De esta manera, el éxito internacional llegó a su vida, pues tras tres intentos considerablemente exitosos – Work, Bounce y Change Your Life-, en febrero de 2014, Azalea lanzó el cuarto sencillo de The New Classic, su multipremiado disco debut, Fancy, una colaboración con la cantante Charli XCX que rápidamente se convirtió en un hit mundial, al llegar hasta la primera posición en los Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda, además de lograr el Top 10 en Australia y el Reino Unido en las listas de Billboard, The Rolling Stone y más.
El éxito fue tan abrumador que en el 2017,Billboard declaró a Fancy como el mayor hit por una rapera en la historia, seguida por Nicki Minaj con Super Bass y luego Missy Elliott con Work It, dos leyendas con mayor trayectoria que ella.
Actualmente, se calcula que ha vendido más de 20 millones de copias -la mayor parte puras y no streaming-, siendo 10 solamente en EEUU, pues es importante recordar que con dicho sencillo empató a The Beatles quienes poseían el número 1 y 2 al mismo tiempo en el Hot 100 por varias décadas; esta hazaña también le permitió a Ariana Grande tener su primer sencillo mundial, pues la colaboración Problem estaba en el segundo puesto siendo bloqueada por la misma rapera.
Toda reina tiene una princesa
Madonna durante una larga época se consagró como La Reina Del Pop, teniendo años después a una digna acompañante que es Britney Spears. Esta idea al principio no parecía ser muy del agrado de la recientemente honrada con el Michael Jackson Video Vanguard -el máximo galardón de MTV-, pues durante el 2013 al 2016 Azalea le arrebató todo título, premio, logro y reflectores a Minaj. Es muy importante recalcar que ellas nunca tuvieron ningún tipo de discusión, ni hablaron mal la una de la otra, sólo la tensión mediática las confrontó en los medios de comunicación y los grupos de fans.
De esta manera, el respeto de Nicki fue ganado por Iggy compartiendo los títulos de Reina y Princesa del Rap, respectivamente. Hazaña que permitió que desde el 2016 diversas raperas también saltarán a la fama mundial, como Cardi B, Megan Thee Stallion y Doja Cat, haciendo de la presencia femenina dentro del género dominado por hombres desde su creación en una puerta para tratar libremente de historias relacionadas con la libertad del cuerpo, la sexualidad censurada, temas de agenda LGBT+ y demás que no eran tratados por los varones.
La crítica por ser mujer y “blanca”
La historia de Eminen es mundialmente conocida, pues incluso existe una cinta ganadora de un premio Oscar sobre él -8 Mile-. El rapero obtuvo el respeto de sus colegas, convirtiéndose en uno de los máximos exponentes, a pesar del gran rechazo dentro de la comunidad por ser “blanco”, pues dentro del mismo origen e historia del rap queda más que claro que el discurso lírico inició como una forma de protestar por los abusos cometidos debido a temas raciales.
Años más tarde llegó Iggy Azalea y la fórmula se repitió: los cantantes afrodescendientes acusaban a la también productora de apropiación cultural y de no tener derecho a estar dentro de la escena musical debido a los “privilegios” con los que nació y jamás podría separar, aunque así fuera su decisión.
Un irónico debate que a más de una década tiene un panorama distinto, pues se ha reconocido que se trató de una razón de género más que de un tema racial, pues él al ser hombre logró superar todo señalamiento en su contra para ejercer la profesión, mientras que a ella se le cerraron todas las puertas, al grado de quedarse sin disquera, por ser mujer, blanca y querer rapear.
Pese a la atropellada carrera que mantiene, sus dos discos como rapera independiente y todo lo que logró en tan solo 3 años bajo su antigua disquera la ubicacomo la segunda favorita del género; una persona que ha demostrado tener talento para escribir, producir y rapear luchando por abrirse paso en el rap.