Son todo un símbolo de poder, avance tecnológico e industria, así como también, en algunos casos, de aparente despilfarro. Cargados de funciones especiales y lujos, los aviones presidenciales despiertan asombro en todos los aeropuertos que los reciben y aportan una gran cuota de exotismo y misterio a los encuentros entre líderes mundiales.
Desde el ya mítico Air Force One que utilizan los presidentes de los Estados Unidos, hasta el enorme Ilyushin-96 de los mandatarios rusos, pasando por el polémico Boeing 787 de México (que el actual presidente intenta rifar), cada aeronave tiene sus detalles que la hacen única, y su precio exorbitante.
A continuación una lista de los ocho aviones presidenciales más destacados del mundo:
El famoso Air Force One de Estados Unidos
El Boeing VC-25A, versión militar del 747 “Jumbo”, ocupa actualmente el puesto de Air Force One, el avión presidencial del gobierno de los Estados Unidos que se ha convertido ya en una leyenda a fuerza de visitas al rededor del globo y de numerosas apariciones en el cine.
Air Force One es, de hecho, un indicativo utilizado en las comunicaciones radiales para cualquier avión que circunstancialmente esté trasladado al presidente estadounidense, actualmente Donald Trump.
Estos impresionantes aparatos (hay dos idénticos al servicio de la Casa Blanca) de 60 metros envergadura y 70 metros de largo pueden volar unos 12.600 kilómetros de distancia a una velocidad máxima de 1.000 kilómetros por hora. En su interior no sólo hay amplio espacio para acomodar al presidente y su familia, sino que también hay asientos para un total de 76 pasajeros, incluyendo personal de asistencia del mandatario, funcionarios, invitados y prensa.
Verdaderamente, estos aviones pueden funcionar como una “Casa Blanca voladora” en la que el mandatario de turno puede seguir gobernando el país e incluso comunicándose con los centros de comando de armas nucleares. Sus elementos de seguridad son todavía un secreto, pero se especula que incluyen sofisticados sistemas militares de interferencia de radares.
Fabricados en 1987, los aviones están mostrando signos de vejez y se espera que sus reemplazos entren en servició en 2024. Se trata, una vez más de versiones del venerable cuatrimotor 747, aunque dotados de una tecnología muy superior y un precio nada despreciable calculado en unos 4.000 millones de dólares por el par, de acuerdo al sitio especializado Paramount Business Jets.
Los presidentes estadounidenses cuentan además con un tercer avión a su disposición, pero en este caso se trata de una herramienta más rústica destinada a emergencias. El Boeing E-4B, también basado en el 747, es apodado el “Doomsday Plane” (avión del juicio final) y está preparado resistir una guerra nuclear y evacuar rápidamente al mandatario. Por esta razón se encuentra disponible las 24 horas, cuenta con equipos de comunicaciones sin parangón y con la capacidad de volar unas 620 horas sin necesidad de repostar.
La bestia rusa: El Ilyushin Il-96-300PU
Otro titán del cielo, la aeronave de los presidentes de Rusia es un cuatrimotor con una envergadura de 60 metros y un largo de 65 metros, capaz de volar unos 12.000 kilómetros a una velocidad de crucero de 870 kilómetros por hora.
Está basada en el avión de línea de fabricación rusa Ilyushin Il-96, pero su interior, diseñado por el artista Ilya Glazunov, se adaptó considerablemente para alojar, con todos los lujos posibles, al presidente, actualmente Vladimir Putin, y su comitiva.
No todo es comodidad, sin embargo. Este Il-96 especial, cuyo costo se calcular en 500 millones de dólares, cuenta además con sistemas para interferir radares y una pintura especial para reducir la marca del avión, además de sistemas de defensas que siguen siendo un secreto de estado.
El Airbus A340-313X de Alemania, hospital áereo y transporte VIP
El tercer cuatrimotor de la lista sirve a los cancilleres de Alemania y está fabricado por el consorcio europeo Airbus. Valuado en 300 millones de dólares, este A340 bautizado Konrad Adenauer (en honor al mítico canciller de posguerra) fue modificado para tener un alcance extendido y cuenta también con un interior lujoso para alojar a los líderes alemanes (hoy en día la canciller Angela Merkel) y sus comitivas, incluyendo una sala de reuniones a prueba de ruidos.
A diferencia de otros aviones presidenciales, el de Alemana tiene la capacidad de convertirse rápidamente en hospital aéreo.
Pero aunque se trata de un avión sorprendente, no es inmune a las fallas. Durante la cumbre del G20 realizada en 2018 en Argentina, el Konrad Adenauer se encontraba volando sobre Europa con destino Buenos Aires cuando sufrió un desperfecto que lo obligó a regresar. Al parecer la falla en un componente no fue grave, pero sí forzó a Merkel a viajar en un vuelo de línea de Iberia y arribar un día tarde a la trascendental cumbre de países. Al parece el segundo A340-313X germano, el Theodor Heuss, tampoco estaba disponible.
El Airbus A330-200 de Francia, un centro de comando volador
El gobierno de Francia también utilizad un Airbus, el consorcio aeronáutico en el que participan este país junto a Alemania y el Reino Unido, pero en ese caso se trata de un bimotor A320 modificado para servir como centro de comando para los presidentes galos, cargo ocupado actualmente por Emmanuel Macron.
Esto quiere decir que la aeronave cuenta con un avanzado centro de comunicaciones encriptadas y una sala de reuniones a prueba de ruido que puede albergar a 60 personas.
¿Su costo? Unos 250 millones de dólares.
De las rutas comerciales a las cumbres, los Boeing 747-400 de China
Los presidentes de China también utilizan dos Boeing 747 para sus traslados al igual los estadounidenses, aunque no se trata de una versión tan modificada como el Air Force One. De hecho, en ambos casos las aeronaves provienen de la aerolínea estatal Air China y llevan sus colores aún en vuelos oficiales.
De hecho, cuando Xi Jinping no está utilizando los aviones, valuados en unos 250 millones de dólares, éstos vuelven a servir en vuelos comerciales convencionales, luego de que su interior es reconfigurado.