Se sabe que el cuerpo humano está compuesto en su gran mayoría por agua, y que la ingesta de este nutriente es esencial para el mantenimiento de la vida.
“¿Cuánto líquido tengo que tomar por día, doctor?” es una consulta muy frecuente, más aún cuando se acercan los meses de primavera y verano, en realidad hay que estar bien hidratados todo el año, también durante los meses más fríos.
Si bien nuestro cuerpo es en apariencia sólido, entre un 50 y un 70% está compuesto por líquido. Al hacer muchas actividades y más a medida que pasan los años se va deshidratando hasta llegar a ese 50%.
Y pese a que está comprobado que el cuerpo puede tolerar muchas horas (y hasta días) sin comer porque tiene depósitos -hay grasas que son depósito de calorías-, no tiene las mismas reservas de agua, lo que hace que la hidratación se vuelva cuestión de vida o muerte.
El agua está presente en la sangre, en las articulaciones, en el aparato digestivo, en la piel, en los músculos, y sirve por supuesto para la circulación (de otro modo, la sangre sería tan espesa que no podría circular), es de gran importancia para lubricar las articulaciones y para hacer la digestión. Casi no hay proceso en el cuerpo humano que no utilice el agua como vehículo.
El agua transporta nutrientes para las distintas funciones del cuerpo, regula la temperatura corporal, mantiene humectada la piel, ayuda a mejorar la respiración, permite el buen funcionamiento intestinal, amortigua las articulaciones y desempeña un papel en la mayoría de las reacciones químicas que ocurren dentro de nosotros.
Pero, ¿cuáles son los líquidos que se pueden tomar? El agua, el agua mineral, la soda, las aguas saborizadas y gaseosas sin azúcar, el café, el mate cocido, el té y el mate son los tipos de bebidas e infusiones que se pueden consumir. También la gelatina es una gran fuente de hidratación.
¿Y en qué cantidad? Alrededor de 10 o 12 vasos en invierno y un poco más en verano. En realidad no hay una medida que establezca cuánto se debe consumir, pero tradicionalmente se indica un litro y medio o dos en invierno y entre dos y medio y tres en verano.
Con el comienzo de la primavera, y el auge de las actividades deportivas, conviene recordar que “es muy importante estar bien hidratado antes del inicio de la actividad y durante la actividad”. En el durante se debe beber cada 20 minutos aproximadamente unos 150/ 200 centímetros cúbicos hasta que represente unos 600/ 700 centímetros cúbicos por hora. Y, finalmente, cuando uno termina la actividad física, particularmente si se trata de algo agobiante, rehidratarse es fundamental. Si se quiere ser exacto, es conveniente pesarse antes de la actividad y luego de la misma y, si se perdieron dos kilos, se debe recuperar en las horas siguientes el 50% más de lo que se perdió. Si se perdieron dos kilos, se perdieron dos litros de agua, por lo tanto, es necesario recuperar el 50% más, es decir, tres litros, y eso se puede lograr tomando 200 centímetros cúbicos cada 20 minutos.
*El doctor Alberto Cormillot es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.