Un acusado para el que la fiscalía pedía la pena máxima queda en libertad tras la absolución de un jurado popular por falta de pruebas
Tres asesinatos cometidos durante la guerra que enfrentó a narcotraficantes de origen dominicano en Barcelona en 2017 han quedado prácticamente sin castigo. Un jurado popular ha declarado no culpables a tres de los cuatro acusados por esos crímenes. La fiscalía llegó a pedir que se condenara a tres prisiones permanentes revisables al presunto líder de esos ajustes de cuentas, Ángel A., conocido como el “señor del Paralelo” porque su zona de influencia está en torno a la avenida barcelonesa.
El jurado le ha exculpado por falta de pruebas y solo concluye que formaba parte de un grupo criminal dedicado al tráfico de drogas, por lo que la pena máxima —cuando se dicte sentencia— será de dos años. Permanecía en prisión provisional pero, tras el veredicto, fue puesto en libertad.
Según la tesis de la fiscalía y de los Mossos, desmontada ahora en parte en el juicio, los tres asesinatos se cometieron como “venganza” por el robo de cocaína al grupo liderado por el “señor del Paralelo”. Un excolaborador le traicionó y señaló el alijo a una banda rival dedicada a los “vuelcos” (asaltos violentos a narcotraficantes). El 25 de marzo, ese colaborador apareció muerto en Sant Joan Despí. Un mes después, otros dos ladrones fueron tiroteados en un piso de El Prat de Llobregat.
Falta de pruebas
Por el asesinato de Sant Joan Despí estaban acusados Ángel A. —defendido por el penalista Javier Rodrigálvarez— y otras dos personas: José Argenís P. y José Ramón P, asistidos por Alejandro Ribó. El jurado popular les ha exonerado al considerar que no hay pruebas suficientes. No existe la seguridad de que estuvieran en el lugar de los hechos, y el análisis de los repetidores de telefonía móvil no ha permitido sacar conclusiones.
La fiscalía atribuyó el doble homicidio de El Prat al “señor del Paralelo”, que también ha sido absuelto (por unanimidad) por falta de pruebas: no hay rastros de ADN ni indicios de que estuviera allí. Los nueve ciudadanos que integraron el jurado popular, además, no han dado credibilidad a los testigos protegidos declararon en el juicio. Uno de ellos dijo que había visto el tiroteo, pero esa declaración entró en contradicción con otras —como la de una mujer que sobrevivió al incidente milagrosamente— que aseguran que, en cuanto empezaron los disparos, se apagó la luz ene l piso. El asaltante, fuese quien fuese, llevaba además pasamontañas. La única persona considerada culpable del crimen de El Prat es Adonís A., como colaborador: fue él quien facilitó la entrada a la casa porque tenía la confianza de sus moradores. Fue identificado por los testigos y es ahora el único de los dominicanos acusados por la guerra del narco que sigue preso. elpais.com
Por JESÚS GARCÍA