Santo Domingo, 22 de agosto de 2023.- Ante el contexto electoral que estamos atravesando en el país, con elecciones primarias a celebrarse en octubre y los comicios municipales, legislativos y presidenciales que se llevarán a cabo durante febrero y mayo del próximo año, es normal esperar un escenario de cambios en puestos clave de toma de decisión que impacte regulaciones y políticas públicas, que, a su vez, pueden afectar en mayor o menor medida el entorno de negocio de cualquier empresa, así como su reputación.
Por ello, lejos de la tentación de “ya lo gestionaremos con el siguiente gobierno”, resulta fundamental que las organizaciones fortalezcan la gestión estratégica de los Asuntos Públicos para capitalizar tempranamente las oportunidades y neutralizar en la mayor medida posible los riesgos que surgirán de esta coyuntura.
En ese sentido, Iban Campo, director general de LLYC Santo Domingo, mencionó: “La anticipación es la clave en la que todos los equipos de Asuntos Corporativos deben trabajar y robustecer sus planes de influencia. Incrementar los márgenes de previsión tanto de análisis como de vinculación, utilizando diferentes herramientas tecnológicas y tradicionales, será fundamental para que las compañías puedan moldear el entorno, no sólo reaccionar a éste.”
¿En qué deberían estar trabajando ya los departamentos de Asuntos Públicos de las organizaciones dominicanas? A continuación, cinco acciones clave:
Análisis integral basado en datos. El análisis temprano de los diferentes perfiles involucrados en la contienda electoral proveerá de información de interés para delinear posibles agendas de interés, planes de trabajo e iniciativas de impacto para los negocios. Un análisis integral de las posturas, conversaciones y comunidades de los actores clave, así como de su historial de trabajo ayudará a identificar tendencias que pueden ser replicables en sus potenciales nuevas funciones y desde las cuales, se pueden desarrollar programas de blindaje y alianzas estratégicas preventivas.
Monitoreo permanente. En un contexto altamente volátil y polarizado en el que los actores políticos buscan exponer su perfil al mayor número de electores posible, es imprescindible contar con sistemas de inteligencia que permitan no solo detectar riesgos de manera inmediata, sino también desarrollar las capacidades para gestionarlos. Contar con especialistas que puedan integrar en una gran panorámica los diferentes monitoreos digitales, regulatorios, mediáticos y políticos ayudarán en la previsión de posibles crisis, convirtiendo los ángulos de riesgo en potenciales territorios de oportunidad.
Programas de comunicación transversal. Hoy en día, resulta vital que las estrategias de comunicación respondan a las expectativas de sus stakeholders incorporando narrativas que permitan sumar contribuciones propositivas y transparentes a la mejora de la sociedad. En ese sentido, existe la oportunidad de incidir positivamente en la agenda de desarrollo que los decisores se encontrarán construyendo, por lo que es relevante posicionar de manera individual y gremial los temas necesarios para incrementar la productividad de ciertos sectores o aprovechar el potencial de creación de valor compartido de las industrias para construir no solo un mejor país, sino un mejor planeta.
Vinculación proactiva. La creación de redes de largo alcance, transparentes y colaborativas siempre será una ventaja competitiva para las organizaciones siempre y cuando estén basadas en la búsqueda de un diálogo abierto que priorice la solución de los grandes desafíos públicos y el bien común. Por ello, el acercamiento con los diferentes actores de manera preventiva y oportuna puede abonar a posicionar tempranamente los intereses de las compañías, así como su voluntad para sumar esfuerzos en las causas que comparten y abrir canales de comunicación permanente para generar valor.
Neutralidad política. Si bien las organizaciones tienen que responder a las diferentes expectativas de sus stakeholders, es muy importante dimensionar el nivel de influencia que las compañías tienen en la sociedad y la responsabilidad que inherentemente guardan respecto del desarrollo de un proceso democrático transparente, armonioso y equitativo. En un ambiente con altos niveles de polarización es sumamente recomendable que los líderes de la organizaciones cuenten con protocolos elaborados por profesionales que permitan distinguir sus preferencias personales de las institucionales y se oriente a los colaboradores en este mismo sentido sobre las posibles expresiones públicas que podrían afectar a la reputación de la compañía, de no existir un clara división entre los intereses de la persona y cuando lo hacen en representación de su organización.