Hay hombres que se quedan en tu sexo, en la forma en que te tocan, te miran y te susurran cuando estás bajo las sábanas. Por ello, cada bella necesita a una bestia en la cama
El sexo, es esa línea delgada entre la decencia y sacar tu lado más animal. Las damas se vuelven otras cuando las bragas caen y las caricias se desenfrenan en cada parte sensual de su cuerpo. Sí, las mujeres gozan de un toque rudo, no te confundas, cada bella necesita a una bestia en la cama.
Cada bella necesita a un hombre que la lea, que con solo verla a la cara se pierda en la manera suave en que muerde sus labios. A una bestia que sienta la forma en que se eriza su piel y no tenga miedo es apretar y morder un poco, suave, sin prisa, como si besarla fuera su mejor pasatiempo.
CADA BELLA NECESITA A UNA BESTIA
Cada bella desea volverse el delirio de un hombre, que la recorra de pies a cabeza sin cansarse, que la tome del cabello sin avisar y al siguiente segundo la bese en la frente. Cada bella se pierde con un hombre así, que la haga vibrar y amar, cada vez que la mete a sus sábanas.
No te equivoques corazón, no voy a pelear; mi venganza será el silencio
Cada bella se encanta con las grietas que hay en las yemas de un verdadero hombre, que raspan y endulzan al rozar su piel. Cada bella necesita a una bestia en su cama, para sentirse segura, para que tire prejuicios y miedos, para que no tenga miedo de contonear su cuerpo.
Cada bella necesita a una bestia que se encienda con solo sentir su aliento, que le importe poco el lugar ni el tiempo, que la haga estallar y cuando diga que pare, él la apriete más, la bese más, la muerda más, la acaricie más, hasta perderse en los gemidos del elixir que esconde el orgasmo.
Cada bella necesita a una bestia, que le enseñe cosas de ella misma que ni siquiera sabía, que la haga experimentar nuevas posiciones, que la haga expresar nuevos sonidos, que la rete, que en la cama se arme la guerra y que cuando terminen estén tan agotados que nos le quede de otra que perderse en un abrazo.