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Miguel Cruz Tejada

Altice

NUEVA YORK._ Todos los psicólogos y especialistas en salud mental definen  el masoquismo como una forma de defensa, alivio o auto castigo para determinados sentimientos.

Eso fue lo ocurrió en las elecciones presidenciales y congresuales del 19 de mayo 2024, especialmente con la candidatura del doctor Yomare Polanco, candidato a diputado en ultramar por el PRD.

Si bien es cierto que cada elector tiene el absoluto derecho de elegir a quienes considere sus candidatos preferidos, no es menos real que en la República Dominicana ese derecho n o se ejerce con pulcritud ni en  base a los mejores postulados, propuestas y trayectorias de los aspirantes que figuran en las boletas de cada partido.

Los partidos, en esencia, son los responsables directos de que sus candidaturas estén representadas por dirigentes y / o aliados que cuenten con las condiciones morales adecuadas, la formación académica y una labor que muestra lo que han hecho, antes de prometer lo que harán, porque esa palabra se la lleva el viento cada vez que pasa un proceso electoral en  el que, como el del 19 de mayo, se reeligieron diputados que nunca han dado las caras, han asumido por respuesta una total inercia, son insensibles hasta con sus propios compañeros de partidos y, se han convertido en los fantasmas de la diáspora.

El masoquismo electoral que volvió a apoderarse de una parte de los perremeístas que volvieron a votar por ellos, mostró otra vez que los dominicanos no estamos preparados para producir en las urnas un cambio real, debido a que la reelección de un diputado y una diputada con sede en Nueva Jersey, representa un retroceso anacrónico que se consolidó en esas votaciones y desoyendo la consigna de su propio partido inspirada en el presidente Luis Abinader y su campaña reeleccionista con el lema de “No mires hacia atrás” para mantener en sus curules a quienes en el Congreso Nacional hacen una indigna representación  de la dominicanidad en el exterior.

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Nada de lo que ellos han prometido se ha cumplido en cuatro años ni se va a cumplir en nada en el próximo cuatrienio porque se trata de falta de formación ideológica y compromiso con los mejores intereses de nuestras comunidades.

¿Otra vez los siete diputados en el exterior?

No hay otra respuesta que no sea el masoquismo electoral de quienes, repito, volvieron  a votar por ellos, pero pienso que cuando el error sea reconocido y el trauma y el karma caiga sobre esos electores, entonces vendrá llorar como niños lo que no supieron defender como hombres y ahí estará el Muro de Jeremías donde tendrán que lamentar y morder su gran error.

Cambiar una figura de la estirpe del doctor Polanco por incumbentes con un rechazo casi total en las comunidades de la circunscripción #1 en Estados Unidos, fue otra expresión del masoquismo inducido por la línea partidaria oficialista que al parecer, no cree que cuenta con otras alternativas, excepto el caso del empresario Cirilo Moronta, la única cara nueva en la boleta del PRM.

Si tomamos en cuenta la respuesta que los votantes del Distrito Nacional les dieron a quienes en la República Dominicana pretenden avasallar y torpedear a los que emergen con liderazgos innovadores como el caso de Omar Fernández, electo senador, veremos la diferencia.

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Sin embargo, esa decisión no fue traspolada a las urnas en ultramar.

Los que decidieron con todo su derecho reelegir y elegir a quienes eligieron, se arrepentirán por el resto de sus días y verán que en 2028 los resultados serán los mismos: fantasmas en  la diáspora.

Tampoco han sido capaces los siete de integrar un bloque como legisladores de ultramar para unidos, producir proyectos de leyes y hacer reclamos a la presidencia en beneficio del exterior porque tampoco en estos cuatro años, se les ha visto más de unas dos o tres veces en el Palacio Nacional.

A pesar de los resultados, Polanco seguirá siendo uno de los más y mejor valorado activo de la comunidad que a causa del masoquismo de la pírrica cantidad de votantes que acudió a las urnas y lo desestimó, decidió en un suicidio constitucional mantener en sus escaños a quienes la han traicionado.

Nadie, antes y durante la campaña 2024, logró superar el trabajo y la proyección de Polanco a nivel mediático, de estructura, organización, propaganda y  con propuestas que sí encarnan los anhelos de millares de dominicanos y dominicanas de la diáspora.

Respeto, insisto, el derecho a votar y decidir en las urnas de esos masoquistas electorales, exhortándolos a aprender a evaluar y valorar  en próximos comicios en su justa quien merece y quien no merece, que se le dé un voto de confianza para no seguir perjudicando a nuestra comunidad en cualquier parte del mundo donde nos encontremos.

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