El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo este jueves que su primera conversación telefónica con su homólogo chino, Xi Jinping, duró dos horas, y salió de ella con la conclusión de que China “se comerá el almuerzo” de Estados Unidos en lo relativo a la infraestructura y otros temas, si su país no espabila.
“Anoche estuve al teléfono durante dos horas seguidas con Xi Jinping”, afirmó Biden a los periodistas al comienzo de una reunión con senadores para hablar sobre infraestructura en el Despacho Oval.
“Si no espabilamos, se van a comer nuestro almuerzo”, añadió Biden, después de matizar que la que mantuvo con Xi fue una “buena conversación”.
El presidente estadounidense subrayó que China tiene “iniciativas muy importantes en lo relativo a los ferrocarriles” de alta velocidad, y también en cuanto a la manufactura de automóviles y las reformas para respetar el medio ambiente.
“Simplemente tenemos que acelerar”, destacó Biden, quien quiere que el Congreso apruebe más fondos para renovar las infraestructuras de Estados Unidos, donde casi la mitad de las carreteras y un tercio de los puentes necesitan reparaciones, según algunas estimaciones.
Biden no hizo más comentarios sobre su llamada con Xi, que fue la primera entre los presidentes de las dos mayores economías mundiales desde la llegada del estadounidense al poder el 20 de enero pasado.
La llamada fue un primer paso para intentar reparar unas relaciones que se deterioraron dramáticamente durante la presidencia de Donald Trump, aunque la nueva Casa Blanca ha dejado claro que hay muchos escollos por superar en los lazos con China.
Durante la conversación, Biden “subrayó su preocupación por las prácticas económicas coercitivas e injustas de Pekín, la represión en Hong Kong, los abusos a los derechos humanos en Xinjiang y las acciones cada vez más firmes en la región, incluso hacia Taiwán”, indicó la Casa Blanca en un comunicado.
Biden también le trasladó a Xi que su prioridad es “proteger la seguridad, prosperidad, salud y estilo de vida del pueblo estadounidense”, así como “preservar libre y abierta” la región marítima Indo-Pacífica.
Por su parte, Xi le advirtió a Biden de que “un enfrentamiento” continuado entre ambas potencias “será sin duda una catástrofe para los dos países y para el mundo”, de acuerdo con la agencia estatal de noticias Xinhua.
Las colisiones bilaterales en planos como el comercial, el diplomático o el tecnológico fueron constantes bajo el mandato de Trump, y aunque Biden ha prometido otro enfoque, su Gobierno no parece tener prisa por poner fin del todo a la guerra comercial con Pekín.