Damasco.- Bashar al Assad, presidente de Siria desde el año 2000, dimitió y abandonó el país tras intensas conversaciones con la oposición, marcando el fin de su régimen de 13 años de conflicto armado. La noticia fue confirmada este sábado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, que aseguró estar en contacto con todos los grupos opositores.
En un comunicado, el ministerio ruso instó a “todas las partes implicadas a renunciar al uso de la violencia y resolver las cuestiones de gobernanza mediante el diálogo político”, destacando que Al Assad dio instrucciones para una transferencia pacífica del poder antes de abandonar el país.
Por su parte, los rebeldes sirios proclamaron el fin de un período que calificaron de “oscuro” y anunciaron “el inicio de una nueva era para Siria”. En una ofensiva relámpago de apenas 11 días, las tropas rebeldes tomaron la capital, Damasco, sin encontrar resistencia significativa.
Miles de ciudadanos salieron a celebrar en las calles, especialmente en la plaza principal de Damasco, coreando la palabra “libertad” mientras las milicias rebeldes decretaban un toque de queda nocturno. Según informes, un avión despegó del aeropuerto de Damasco con destino desconocido en un vuelo no comercial, alimentando las especulaciones sobre el paradero del exmandatario.
El primer ministro sirio, Ghazi al Jalali, expresó su disposición a colaborar con el nuevo liderazgo que elija el pueblo sirio. Mientras tanto, las fuerzas restantes del régimen recibieron órdenes de rendirse, señalando el colapso definitivo de un gobierno que por décadas había ejercido control férreo sobre el país.
La salida de Al Assad marca el cierre de un capítulo en la historia de Siria, tras 13 años de guerra civil que dejaron cientos de miles de muertos, millones de desplazados y una nación devastada. Los próximos pasos dependerán de la capacidad de las partes involucradas para construir un proceso de transición política que permita la reconstrucción y reconciliación del país.