La decisión del presidente Luis Abinader de autorizar la explotación minera a la empresa Belfond Enterprises en la parte Oriental de la sierra del Bahoruco ha causado un aura de rechazos desde la Iglesia Católica, políticos, ambientalistas, expertos en temas geológicos y la sociedad barahonera en sentido general.
La grave y abusiva agresión al medioambiente de la ciudad de Barahona, la salud y la paz social de sus habitantes durante los últimos días con la exportación a granel del Caliche extraído de la loma pie de Palo, en las montañas de Las Filipinas, mantiene ahogados a los ciudadanos que no pueden usar su Malecón para ejercitarse ni recrearse.
Ese caliche extraído del Bahoruco Oriental confirma la catástrofe ambiental y social que los expertos habían advertido si el presidente Abinader o la justicia no paran ese “crimen de lesa humanidad” contra el pueblo de Barahona.
“Y los barahoneros tenemos que hacer conciencia de que si no nos unimos y levantamos, decididos y firmemente en pie de lucha, no lo vamos evitar y, entonces, pagaremos con creces el pecado de nuestra indiferencia o cobardía cómplice”, planteó ingeniero experto en el tema y activista proambiental Leo Mercedes.
“Observar los pesados camiones transitando por la avenida principal de Barahona, cargados de roca caliza mientras se dirigen al puerto cercano, es una verdadera tragedia”, precisó Mercedes.
Prosiguió que “esa avenida emblemática es lugar donde diariamente miles de personas de ambos sexos y todas las edades, la transitan diariamente, haciendo ejercicios”.
La potencial tensión se incrementa entre los barahoneros, al recordar, “que por generaciones padecieron una fuerte contaminación cuando Trujillo exportaba yeso a granel por el muelle de Barahona. Balaguer también mantuvo por muchos años estás exportaciones contaminantes” que se realizaban desde las minas de sal y yeso del municipio Las Salinas.
En la avenida se observan camiones pesados que están destruyen la emblemática vía que a quienes desde tempranas horas de la noche acuden a su malecón a refrescarse, escuchar música y conversar, pero el polvillo calizo les cambia el color de piel y de la ropa.
¿Brazos cruzados?
Mercedes dijo que los barahoneros jamás se quedarán de brazos cruzados en una situación en que, “a mayor cantidad de dinero que recibe la Belfond, mayor será el costo social y ambiental que debe asumir la población”.
Esa explosiva situación se agrava aún más, puesto que esta empresa se enriquece destruyendo los bosques y ecosistemas de la sierra del Bahoruco, la misma que fue seleccionada por el cacique Enriquillo para defenderse del abusivo colonialismo español.
Es decir, agrega el dirigente ambiental, que la Belfond Enterprises actualmente nos está haciendo un daño doble: Por un lado pretende pasarse 75 años destruyendo y convirtiendo en polvo blanco la sierra del Bahoruco, su fauna, su flora, sus bosques y destruir también fincas, empresas y negocios, “de los cuales depende la vida y es sustento de las decenas de miles de personas que sobreviven en esos lugares gracias al maravilloso ecosistema que genera la sierra”.
Por otro lado, en una actitud de total desprecio a los barahoneros, la Belfond Enterprises ha contratado una flotilla de pesados y contaminantes camiones, que arrogantemente transportan “convertidos en polvo blanco los bosques, la fauna, la flora y el futuro de miles y miles de personas que dependen del agua que producen esas lomas”, ubicadas desde la ciudad de Barahona hasta el municipio de Oviedo, en Pedernales.
Como siempre, precisó Mercedes, esas empresas depredadoras ambientalmente hablando y otras de igual calaña saqueadora, han encontrado la complicidad de varios presidentes, ministros, el Congreso Nacional, alcaldes, cabilderos y bocinas pagadas de la prensa nacional y local.
El pasado 22 de abril, en ocasión del Día de la tierra, la Diócesis de Barahona emitió su voz de protesta por las explotaciones de la parte Oriental de la sierra del Bahoruco luego que una delegación de sacerdotes visitó y constató, in sito, los daños que allí se producen al ecosistema.
Con fecha del pasado sábado, el obispo de la Diócesis de Barahona, monseñor Andrés N. Romero, envió una comunicación al ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Orlando Jorge Mera, en la que reitera su descontento por los efectos verificados durante los últimos días por la explotación y exportaciones de la minera extranjera.
Texto íntegro la comunicación del obispo de Barahona al Jorge Mera “Buenas noches señor Ministro, perdone la manera informal que me dirijo a usted, pero la confianza que me inspiró en su visita me anima a hacerlo. Sé que tal vez esto no cambie el curso de las decisiones ya tomadas por las autoridades superiores, pero en consciencia entiendo que debo expresarle nuevamente nuestro sentir como comunidad de Barahona y, sobre todo, cómo Iglesia. El pueblo de Barahona ha vivido esta semana momentos de mucha impotencia ante el embarque del carbonato de calcio por el puerto. Es muy doloroso que el único lugar de desahogo del pueblo sea intervenido en esa forma. El sol no se puede tapar con un dedo. Ante los hechos no hay argumento. Somos afectados de varias maneras por esta explotación minera.
Debe haber y, sabemos qué hay, otras formas de desarrollar a Barahona que no sea maltratando la naturaleza y la salud de las personas. El pueblo de Barahona no puede pagar con su salud el precio de su desarrollo. A la larga esto se va a lamentar. Lo que se pone en riesgo a futuro es irreparable. Como Iglesia no podemos guardar silencio ante esto. Lo que le pedimos a las autoridades en el mensaje del día de la tierra lo seguiremos pidiendo. Es parte de nuestra misión. Con el mayor respeto seguiremos expresando nuestro no a la explotación de esta mina y al traslado del material por el puerto. Nos están privando de disfrutar de lo más hermoso que tiene Barahona. Se debe poner en la balanza que es lo mejor a largo plazo. No todas las rutas de desarrollo garantizan un buen fin. Perdone una vez más por la confianza, pero capté en usted cuando vino a mi casa actitud de escucha. Dios le bendiga mucho.
Muchas gracias, con estima y consideración Mons. Andrés N. Romero, Obispo de Barahona”.