Argentina lanzó este martes su campaña de vacunación contra el covid-19 con la aplicación de la Sputnik V, y se convirtió en el tercer país del mundo en inocular a su población con el inmunizante del laboratorio ruso Gamaleya, después de Rusia y Bielorrusia.
La campaña se inició en forma simultánea en todo el país y tiene como prioridad la vacunación voluntaria del personal de salud. Por ahora no abarca a los mayores de 60 años, mientras se espera la publicación de los ensayos clínicos en esa franja etaria.
“La idea es empezar la vacunación con los que tienen más exposición al riesgo. Es una verdadera epopeya hacer la campaña de vacunación más grande de Argentina con igualdad de acceso”, dijo el ministro de Salud, Ginés González García, al dar comienzo al proceso en el Hospital Posadas de Buenos Aires.
Allí Flavia Loiacono, una médica terapista, fue la primera en recibirla a las 9H00 locales (12H00 GMT). En simultáneo fueron vacunados otros trabajadores sanitarios en distintos puntos del país.
Argentina es el cuarto país latinoamericano que comienza la vacunación contra el covid-19, después de México, Costa Rica y Chile, que aplican la vacuna del laboratorio Pfizer.
Hoy es el principio del fin de la pandemia en la Argentina.
— Axel Kicillof (@Kicillofok) December 29, 2020
Orgulloso de haber puesto el hombro. pic.twitter.com/MR4ctsELn4
El país registra desde marzo más de un millón y medio de contagios y 42.868 muertos.
La Sputnik V fue aprobada “con carácter de emergencia” el 23 de diciembre por el Ministerio de Salud, en lo que fue la primera homologación que recibe en América Latina. Ya es aplicada en Rusia y Bielorrusia, mientras Hungría recibió el lunes 6.000 dosis pero aún no comenzó a administrarla.
En la ciudad de Buenos Aires, que gobierna la oposición de Juntos por el Cambio, el ministro local de Salud Fernán Quirós agradeció los esfuerzos por traer la vacuna, pero destacó la necesidad de obtener la información técnica que aún no ha sido publicada.
“Necesitamos acceder en el corto plazo a la información técnica y al detalle para hacer una autoevaluación, no solamente los funcionarios y los técnicos, sino la sociedad toda, en este período hasta la próxima entrega. Y que cada uno pueda decidir en forma autónoma si nos damos la vacuna en base a datos y no en base a la confianza que uno pueda tener de diferentes instituciones y gobiernos”, declaró Quirós.
– Emoción y alivio –
En el hospital Isidoro Iriarte de Quilmes, en la periferia sur de Buenos Aires, las primeras en recibir la vacunas fueron tres enfermeras.
“Es una alegría inmensa, venimos luchando día a día con esta pandemia y hace mucho que esperamos esto. Hemos visto a muchos compañeros perder su vida, esto es una esperanza”, dijo a la AFP la enfermera María Elisa Arriola, de 38 años.