Max Verstappen ha logrado un nuevo triunfo en el Gran Premio de Brasil, el 17º de la temporada, seguido por Lando Norris. Pero el gran protagonista de la carrera fue Fernando Alonso, que logró subirse al podio de nuevo, tras una lucha épica con el bravo Checo Pérez, en la que el mexicano acabó hincando la rodilla por 0.053 segundos, tras dejarlo todo en la pista.
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— Formula 1 (@F1) November 5, 2023
Han pasado 18 años desde el duelo de Michael Schumacher con Fernando en Imola, el día en el que iba con un cilindro menos y el duelo de hoy fue muy parecido, demostrando que con 42 años, su talento sigue intento como aquel día de 2005. Su coche era más lento, sobre todo por el hecho de que Checo contaba con DRS durante 17 vuelas y eso le permitió acosar al de Oviedo una y otra vez. Fernando se buscó las mañas para aguantar hasta la penúltima vuelta, donde Checo lo adelantó en la ‘oposta’, la recta que hay tras la curva 3 de Interlagos, pero no se rindió.
Bajón de Mercedes y llegada de Pérez
Finaliza de una manera CARDIACA el #BrazilGP 🇧🇷 Alonso y Pérez recordándonos la esencia de la F1 ¡gracias por hacer vibrar mi corazón!
Los Mercedes adelantaron la primera parada en busca del ‘undercut’ a Checo. Luego se supo que ni Hamilton (8º final) ni Russell (abandonó) tenían ritmo para casi nada. Debían ir justos de temperaturas, visto el abandono del joven inglés. Sainz retrasó el ‘pit-stop’ inicial y cuajó un segundo ‘stint’ muy sólido. Adelantó tanto a Russell como a Hamilton y enfiló hacia un sexto puesto que no le ayuda en el Mundial de pilotos (Norris y Alonso sumaron más), pero sí le distancia con otros diez puntos sobre Leclerc en el campeonato que más importa de todos. Pérez se llegó a acercar mucho al Aston Martin ‘14′, pero apenas le quedaban ruedas. Tomó aire y preparó el ‘undercut’.
El mexicano asumió la iniciativa con ese último cambio de neumáticos una vuelta (47) antes que Alonso (48) en una preciosa lucha por el último puesto del podio. Fernando salió delante con margen (3.8 segundos), aire limpio y una rueda blanda nueva más joven que la de Checo. Pero claro, la diferencia entre coches es descomunal. La presión de Pérez arreció. DRS constante. Asomándose en la ‘uno’ y en la ‘cuatro’. Pegándose a la estela del Aston Martin en la enorme recta serpenteante de Interlagos. Pero… ¿tuvo algún intento serio para lanzarle el coche? Prácticamente no. La defensa de Alonso fue sencillamente perfecta, por el sitio. Limpio en su trazada, un reloj suizo clavando las 15 curvas del Autódromo José Carlos Pace frente a un toro desbocado con una trazada mucho más sucia.
La fría defensa bastaba por el podio… hasta que en la penúltima vuelta Checo se arrimó en la primera curva y adelantó firme a Alonso. Goliath tumbaba a David. Fin de la historia. El cuarto ya valía, claro. Pero no para Fernando: el biacampeón fue gigante cuando se pegó como pudo a la aspiración del Red Bull e inventó un adelantamiento estelar. Se acercó en la recta, trazó al ataque en las ‘Eses’ de su igual y lanzó toda la furia asturiana en la recta de atrás para encerrar por fuera a Pérez y bloquear las puertas del podio. Precioso. Alonso se ganó con todo su talento el octavo podio de la temporada. Bahréin, Arabia Saudí, Australia, Miami, Mónaco, Canadá, Países Bajos… y Brasil. Nueve semanas de diferencia entre los dos últimos, en las que el Aston Martin transitó por un bache que ahora nadie se explica. Porque Stroll fue quinto, también con un coche descomunal. Delante, Verstappen controló y venció a Norris. El público había estallado de alegría. Pero no por el ganador, ni por su ídolo Hamilton. Fue Alonso quien puso en pie a la hinchada de Senna.