Se estima que el 40% de los adultos en Latinoamérica padece de hipertensión. En los estados Unidos, es el 45% de los adultos. En ambas regiones, hay millones que conviven con este “asesino silencioso” sin siquiera saberlo. En este ensayo, te contamos como atacarlo primero con tu alimentación.
La presión arterial es una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea a través del cuerpo. Cuando esta presión se encuentra alta, entonces se le conoce como hipertensión.
Existen muchos factores relacionados con la hipertensión: la cantidad de agua y sal que hay en el cuerpo, el estado de los riñones, el sistema nervioso, los niveles de hormonas, la obesidad, el estrés, consumir mucha sal, beber alcohol, tener diabetes, fumar, así como los antecedentes familiares… Pero veamos qué dice la medicina que podemos comer.
1. Chocolate
Además de endulzar el paladar, comer chocolate negro cumpliría una función primordial en el alivio de de la hipertensión, según un estudio publicado en la revista científica JAMA (Journal of the American Medical Association).
Científicos de la Universidad de Harvard han encontrado que a lo largo de varios años los antiguos pobladores indígenas kunas, que viven a 200 millas de la capital de Panamá, han presentado menos problemas asociados con la presión de la sangre, debido a que consumen habitualmente cacao.
Agregar una porción de arándanos en tu alimentación semanal podría proteger a tu cuerpo de la hipertensión, esto es gracias a que contienen compuestos naturales como las antocianinas, así lo reveló un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition que analizó a 157,000 personas.
Antocianinas
Se tratan de unos compuestos que pertenecen a la familia de los flavonoides, que en el caso de los arándanos, son capaces de disminuir el riesgo de desarrollar esta complicación en un 10%, según esta investigación.
3. Cereales
Los granos integrales que son ricos en fibra, como la avena y las hojuelas de salvado de trigo, ya que, de acuerdo con hallazgos de investigadores de la Universidad de Harvard, pueden estabilizar el nivel de la presión sanguínea.
4. Leche descremada
Consumir este alimento, así como sus derivados, podría reducir el riesgo de presentar hipertensión, en especial, en el caso de las mujeres. Esta conclusión se obtuvo de una investigación de la Encuesta Nacional de Salud de EE.UU. en la que se analizaron datos de 3,000 mujeres.
Lácteos que ayudan
De acuerdo con la investigación, se descubrió que las mujeres que tuvieron una ingesta de productos bajos en grasas, como la leche descremada, el yogurt y el requesón redujeron un 11% las posibilidades de desarrollar una presión sanguínea elevada.
5. Remolacha
De acuerdo con un estudio realizado en la Queen Mary University de Londres y publicado por la Asociación Estadounidense de Cardiología, tomar un vaso con jugo de remolacha podría bajar los niveles de la presión arterial en cuestión de horas.
Son los alimentos idóneos para nutrirte y para combatir este problema. Es porque son ricos en fibra, minerales y vitaminas. Si los vegetales no son tu fuerte, existen muchas maneras de prepararlos y hacerlos más atractivos, ya sea cocidos, asados o hervidos.
Al igual que los vegetales, las frutas también aportan fibra, vitaminas y minerales que son “oro puro” para el organismo. Puedes prepararte una ensalada con ellas o comerlas a tu antojo, por ejemplo, con chile y limón, pero eso sí, sin nada de sal.
Es un alimento sumamente rico en potasio, el cual se asocia con los bajos niveles de hipertensión, así lo dio a conocer un estudio de la Escuela de Medicina de St. George, en Londres.
9. Picantes
Si te gusta enchilarte, entonces puede que estés haciendo algo bueno por tu presión sanguínea, pues una investigación publicada en la revista Cell Metabolism destaca que la capsaicina, componente del chile, ayuda con la disminución de la presión arterial alta.
Para cerrar este listado no podíamos dejar de lado la importancia de las semillas, pues son una gran fuente de magnesio, potasio, proteínas, fibra y fitoquímicos, que además de bajar la presión arterial, ayudan a prevenir otras enfermedades.