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Por ROMMEL SANTOS DIAZ

Altice

La declaración de la Alianza para el Desarrollo en Democracia  expresando  preocupación por la situación de deterioro  institucional de la hermana nación de Haití, constituye  un paso al frente y un ejercicio de solidaridad con una población que en los actuales momentos   está viviendo  situaciones de vulnerabilidad en  todos los sectores  del país.

La situación de inseguridad  que se vive en Haití, causada  por bandas armadas que controlan  gran parte del territorio haitiano, requiere de la solidaridad de la comunidad internacional, y de manera particular de la solidaridad regional, esta  última expresada en la Alianza para el Desarrollo en Democracia.

La crisis política  e institucional que prevalece en Haití es una expresión de la incapacidad de las autoridades  que integran  su gobierno actual, por lo que se hace necesario  atender  las demandas de la población y hacer efectivo el respeto y la protección de los derechos humanos, en particular de las mujeres, niños y niñas  y personas de alta vulnerabilidad y pobreza.

La Alianza para el Desarrollo en Democracia  hace bien con resaltar la importancia de la Resolución 2645 (2022) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que extiende el mandato de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití, la cual fue aprobada  en el mes de julio de 2022.

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Se trata de una resolución que la Alianza para el Desarrollo en Democracia considera  coherente con  la posición de la Declaración de Puerto Plata de diciembre de 2021 de esa importante iniciativa de diálogo. En ese orden se ha planteado que  su plena puesta en ejecución  es esencial, en particular su párrafo operativo que recomienda reforzar el accionar de la Policía Nacional de Haití a favor de la pacificación del territorio.

El respaldo  firme de la Alianza para el Desarrollo en Democracia a lo expresado por el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, en cuanto a que resulta imprescindible ocuparse de la seguridad en Haití, y que, mientras  se consolida a la capacitación de su policía, es necesaria una fuerza robusta, capaz de recuperar la paz y poner fin a la violencia.

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En Haití se necesita  un amplio programa de educación  para la paz de carácter internacional que sea  coherente con los principios de la cooperación  de la comunidad internacional  respetando  la soberanía  y los intereses internos del Estado  haitiano y sus  autoridades.

La paz puede retornar  a la nación haitiana con el concurso de la comunidad internacional y de manera  particular  con la participación, apoyo y ayuda de la Alianza para el Desarrollo en Democracia, la cual ha dado muestra de sensibilidad y solidaridad  frente a la compleja situación  de inseguridad  interna del Estado Haitiano.

Finalmente, nuestra recomendación  consiste en  que cualesquiera   iniciativa encaminada a recuperar la paz y la integridad del  vecino Haití deberá  ser incluyente de los diversos sectores de la  sociedad  haitiana, en especial  de las  Organizaciones de la Sociedad Civil y Actores Sociales  que sean representativas del  interés nacional, sin descartar el apoyo y la ayuda de las organizaciones  civiles internacionales que muestren interés  en  contribuir  con la noble causa de recuperar la paz y la seguridad en la República de Haití.

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