Daniel Prude, un hombre afromericano de 41 años que murió en marzo tras ser detenido en medio de un ataque nervioso en Nueva York, fue sometido contra el piso por los oficiales que le cubrieron la cabeza con una capucha, según revelaron los videos difundidos esta semana por su familia.
El hecho ocurrió hace casi seis meses, antes de la muerte de George Floyd, pero recién cobró notoriedad ahora que sus familiares denunciaron el caso como otro acto de violencia policial y presentaron las imágenes.
Joe Prude, hermano de la víctima, llamó al 911 al comprobar que su pariente, que había venido de visita desde Chicago, presentaba un estado nervioso y saliera corriendo de su casa en un estado errático, horas después de salir del hospital por pensamientos suicidas.
Martin, quien estaba desnudo en medio de una nevada, cumplía con las órdenes de la policía: se tiró al suelo y colaboró para ser esposado. Pero se agitó cuando le pusieron una capucha, diseñada para proteger a los oficiales de la saliva de los detenidos, en un momento en que la pandemia estaba en auge en el estado.
Los policías lo sometieron contra el suelo y presionaron su cabeza, mientras Prude seguía pidiendo que le saquen la capucha. “¡Están tratando de matarme!”, reclama, antes de que sus palabras sean inentendibles por la presión de los oficiales contra el pavimento. Otro oficial le puso una rodilla sobre la espalda.
Después de dos minutos, Prude ya no se movía ni hablaba. Algunos intentaron hacerle maniobras de reanimación cardiopulmonar antes de que sea llevado en ambulancia. Llegó casi moribundo al hospital, donde murió una semana después cuando se le retiró el soporte vital.
El New York Times reportó que el médico forense del condado de Monroe dictaminó que la muerte de Prude fue un homicidio causado por “complicaciones de la asfixia en el marco de la restricción física”, según un informe de la autopsia. El “delirio excitado” que padecía el fallecido y la intoxicación aguda por varios fármacos que había tomado fueron también factores que contribuyeron a su estado, según el informe.
“Hice una llamada telefónica para que mi hermano consiguiera ayuda. No para que mi hermano fuera linchado”, dijo Joe Prude en una conferencia de prensa. Sobre la actividad policial, lamentó: “¿Cómo lo viste y no dijiste directamente: ‘El hombre está indefenso, desnudo en el suelo’? Ya está esposado. Vamos. ¿Cuántos hermanos más tienen que morir para que la sociedad entienda que esto tiene que parar?”.
El caso de Prude, que podría ser considerado de violencia policial, se une a otros ocurridos en EE.UU. en los últimos meses que han generado protestas en diversas partes del país, algunas de ellas violentas. Diversas organizaciones han vinculado estos hechos, en los que casi siempre las víctimas son ciudadanos afroamericanos, con el racismo con el que actúan algunos cuerpos policiales en EEUU. Solo esta semana, un hombre murió disparado 15 veces en Los Angeles al huir de la policía, que lo buscaba por una infracción de tránsito en bicicleta. En Washington DC, un joven de 18 años también murió a manos de la policía.
La policía local detuvo su investigación sobre la muerte de Prude cuando la oficina de la Fiscal General del Estado, Letitia James, comenzó su propia investigación en abril. Según la ley de Nueva York, las muertes de personas desarmadas bajo custodia policial a menudo se entregan a la oficina del fiscal general, en lugar de ser manejadas por funcionarios locales.
James, y el jefe de policía de Rochester confirmaron que todavía que estaban investigando la muerte. Los oficiales involucrados en el suceso todavía están de servicio, según informa The New York Times.
Los activistas exigieron que los oficiales involucrados fueran procesados por cargos de asesinato y que fueran retirados del departamento mientras la investigación continúa.
“La policía nos ha demostrado una y otra vez que no están equipados para manejar individuos con problemas de salud mental. Estos oficiales están entrenados para matar, y no para desescalar. Estos oficiales están entrenados para ridiculizar, en lugar de apoyar al Sr. Daniel Prude”, dijo Ashley Gantt de Free the People ROC en la conferencia de prensa con la familia de Prude.
Prude, conocido en su gran familia de Chicago por el apodo de “Rell”, era padre de cinco hijos adultos y había estado trabajando en un almacén durante el último año, dijo su tía Letoria Moore.
“Era una persona brillante y cariñosa, orientada a la familia, siempre estaba ahí cuando lo necesitábamos”, dijo, y “nunca hizo daño a nadie”.
Prude había quedado traumatizado por las muertes de su madre y un hermano en los últimos años, habiendo perdido otro hermano antes de eso, dijo Moore. En sus últimos meses, había estado yendo y viniendo entre su casa de Chicago y la casa de su hermano en Rochester porque quería estar cerca de él, dijo.
Sabía que su sobrino tenía algunos problemas psicológicos. Aún así, cuando llamó dos días antes de su muerte, “era el Rell normal que conocía”, dijo Moore. “No sabía cuál era la situación, por qué estaba pasando por lo que estaba pasando esa noche, pero sé que no merecía ser asesinado por la policía”, dijo ella.
(Con información de EFE y AP)