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Noche extenuante y abrumadora en Losail, el GP de Qatar se recordará más por el tercer título de Verstappen en el esprint que por su victoria por delante de dos McLaren ultravitaminados (Piastri delante de Norris, otra vez) en la carrera de los tres pit-stop obligatorios y las condiciones más duras que se recuerdan. Fue un domingo durísimo para los pilotos, porque el viento se marchó y dio paso a una humedad extrema que acrecentó la sensación térmica hasta alrededor de los 40 grados. Al bajarse del coche, todos estaban exhaustos, por el calor y porque todas las vueltas fueron al límite. Influyeron enormemente los cambios de ruedas obligatorios y repetitivos, la estrategia se volvió indigesta y apenas ofreció alternativas aparte de una salida bronca de los Mercedes. Alonso llegó a rodar en posiciones de podio y resistió dos stint contra un McLaren y un Mercedes, pero el neumático duro le envió al ostracismo y debió conformarse con un sexto puesto quemejora lo reciente, pero empeora la posición de parrilla. Son ocho puntos importantes el día que no suman Hamilton ni Sainz, uno por error de bulto y el otro por fuga de combustible antes siquiera de empezar.

Altice

La arrancada tuvo drama. Hamilton partía desde la tercera posición con los blandos, frente a los medios de casi todos los demás, y se vio tan líder en la primera frenada que tiró el Mercedes desde muy lejos con un agarre que los demás ni soñaban. El problema es que se pasó de optimista, encerró a Russell (quien tampoco hizo mucho por ayudar a un compañero con mejor neumático) y se chocó con él. Lewis, empanzado en la grava, abandonó. George, que había salido segundo, debió remontar desde la cola con un ritmo peleón. El siete veces campeón cargó con la culpa, aunque dos no chocan si uno no quiere.

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Piastri tuvo suerte con el incidente, porque entorpeció a Alonso y Leclerc y le regaló la segunda posición por detrás de Max. El neerlandés se largó, no le inquietaron los tres pit-stop porque no cedió la primera posición en toda la carrera más que por unos segundos. Oscar fue sólido, otra vez más, el joven australiano de 22 años se confirma como estrella en ciernes y vuelve a batir a su célebre compañero en otro de esos días en los que el McLaren va como nunca. Norris llegó cómodo al tercer puesto, como en el esprint. Tenía ritmo, tiene experiencia, pero no le dejaron pelear la posición contra el ganador de la carrera del sábado. Ese piloto asesorado por Mark Webber que llegará hasta donde quiera llegar, y quiere llegar muy lejos.

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El duro mandó a Alonso al sexto

El sainete de los Pirelli y los pianos de Losail provocaron que la FIA obligase a hacer tres ‘pit-stop’ y no más de 18 vueltas por juego de neumáticos, así que el plan estaba dictado por las gomas disponibles de cada uno sin mucho lugar para la improvisación. La temperatura hizo durísima la carrera para los pilotos, eso es de justicia remarcarlo. Alonso se quitó de encima dos medios usados y en su tercer stint recurrió al duro nuevo. Fue entonces cuando los rivales, McLaren fundamentalmente, se marcharon. Un trallazo le mandó a la grava (había tenido sustos antes, ese Aston Martin iba ciertamente al límite). Cedió dos posiciones más, con Russell (4º) y Leclerc (5º). Aunque el inglés supo aprovechar una estrategia a contrapié para adelantar también al Ferrari y lograr un cuarto puesto por detrás de la nueva pandilla naranja. Nadie en Mercedes recordará esta carrera por su remontada, sino por el esperpento de la primera curva. Y definitivamente no mucha gente recordará este fin de semana más allá del hueco en la estantería de Verstappen. Bueno, los pilotos no lo van a olvidar fácilmente.

Jesús Balseiro

as.com

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