Por JUAN T H
Los fanáticos de los deportes, cuanto muy temprano un equipo de béisbol, baloncesto, futbol, volibol, o cualquier otro deporte, suelen decir: “el juego habló”, dando por seguro que su equipo ganará la partida.
Lo mismo podemos aplicarlo hoy al proceso electoral en curso: ¡” el juego habló”! ¡Y de qué manera, mis amigos! Desde el momento en que comenzó la campaña electoral, sin el anuncio previo de la Junta Central Electoral, por cierto, todas las encuestas, sin excepción, le otorgan un triunfo arrollador al Partido Revolucionario Moderno en la mayoría de los municipios, provincias y distritos del país, antesala de los comicios de mayo cuando se elegirán los diputados y senadores, así como al presidente y vicepresidente de la República.
No hay, a la fecha, una sola encuesta que no dé al presidente Luís Abinader, ganador de las elecciones. Todos los estudios realizados hasta este momento, absolutamente todos, aseguran que la reelección está garantizada, incluso en primera vuelta. Al final, cuando se cuenten los votos, tendremos al PRM controlando la mayoría de las alcaldías, luego, la cámara de diputados y de senadores, lo cual le permitirá, al presidente Abinader, dentro de un marco de paz y gobernabilidad, hacer los cambios y transformaciones que las circunstancias nacionales e internacionales, no les han permitido.
La última encuesta -muy reciente- que cayó en mis manos daba: 60-20-10. Luís Abinader, 60, Leonel Fernández, 20, Abel Martínez, 10. Miguel Vargas desapareció, al igual que otros potenciales aspirantes a la presidencia de la República.
El porvenir, es pues, halagador, en términos políticos, económicos y sociales, si todo resulta como es previsible, a corto, mediano y largo plazo; si la guerra entre Rusia, Ucrania, Europa y Estados Unidos termina, como todos los países que no están envueltos en el conflicto, esperan.
Ya me imagino al presidente Abinader gobernando el país sin una pandemia como el coronavirus que cerró y llenó de pánico al mundo; con un clima de paz internacional, sin amenazas de guerra, con los precios del petróleo normales, al igual que los fletes y los “commodities”. Me imagino al presidente Abinader al frente del Estado gobernando con transparencia y pulcritud los recursos del Estado, evitando y combatiendo la corrupción, invirtiendo el dinero público en obras reproductivas de bien social para beneficio de todos.
¡El juego habló! Es decir, ¡el pueblo habló! Es el pueblo el que se está expresando en las consultas que hacen las empresas que miden las preferencias electorales a pocos meses de las elecciones de febrero próximo y a menos de un año de las congresuales y presidenciales. Ya nadie tiene dudas de que “el juego habló”: ¡Luís Abinader cuatro años más!
Mucha gente saldrá del escenario político electoral, tanto en las provincias como a nivel nacional. Por ejemplo, no creo que Leonel Fernández, después de su próxima derrota, aspire nuevamente a la presidencia de la República. La FUPU es un partido de un solo hombre, de un solo candidato, de un solo líder. En la FUPU Leonel es “ley, batuta y constitución”. Toda gira a su alrededor. Como dice el maestro Ramón Orlando Valoy: “no hay nadie más pa’ sustituirlo”. Y los liderazgos no se heredan. A su hijo Omar le falta mucho camino por recorrer. El expresidente Danilo Medina, por su parte, tiene sobre sus hombros un “núnca jamás” constitucional. El PLD tendrá que recomponerse si quiere mantenerse con vida, después de las elecciones, porque quedará muy diezmado. El PRD prácticamente ha desaparecido. Miguel Vargas se encargó de su desaparición del escenario electoral. Trata de sobrevivir haciendo algunas escaramuzas. Pero nada más.
Para el 28, cuando ya Abinader no podrá seguir gobernando, -seguirá siendo un hombre joven- tendremos nuevas generales de políticos, tanto en el PRM, donde desde ya hay una guerra soterrada entre los potenciales aspirantes a sustituirlo, como en los demás partidos políticos, donde muchos esperan su turno al bate desde “la caja de bateo”.