La oferta de sopa infinita de Olive Garden vino con un desagradable ingrediente sorpresa: una peluda pata de rata en el plato de minestrone de un comensal, según una impactante demanda.
Thomas Howie, de 54 años, afirmó que hizo el descubrimiento que le revolvió el estómago mientras cenaba con amigos en la cadena de comida italiana cerca de su casa en las afueras de Detroit el 11 de marzo.
“Sentí algo que me pinchó en la boca, y no estaba seguro de que el primer pensamiento fuera una aguja”, dijo Howie, quien vive en el condado de Oakland, en su denuncia.
Según la demanda, Howie sintió náuseas después de intentar tragar el objeto afilado, que quedó enganchado en el interior de su mejilla.
Momentos después, Howie dijo que vomitó una vez que se dio cuenta de lo que era que casi ingiere.
“Fue tan repugnante y asqueroso que no pude controlarme”, dijo. “Mi estómago simplemente se revolcó… Vomité justo en el restaurante”.
Según Howie, informó el incidente a la policía. Cuando los oficiales llegaron al restaurante, les mostró la pata de animal mutilada, que escupió en un plato de sopa, según la denuncia.
“Incluso los policías estaban sintiendo náuseas“, dijo Howie en la denuncia.
Howie está buscando $25,000 en daños a la cadena, que atrae a muchos comensales con sus porciones interminables de sopas, ensaladas y pastas.
The Post buscó comentarios de Howie y del Departamento de Policía de Warren.
Un portavoz de la empresa matriz de Olive Garden, Darden Restaurants, le dijo a The Post: “No tenemos razón para creer que haya validez en esta afirmación”.
Un amigo que cenaba con Howie respaldó su versión del incidente, según la denuncia.
El amigo llamó al gerente del restaurante, quien les dijo que no sabía qué podía hacer y trató de recoger la pata de rata de la mesa, según la denuncia.
Se alega que otro empleado de Olive Garden se acercó a la mesa de Howie y dijo: “Eso es gracioso. Ni siquiera ponemos carne en la minestrone”.
Howie terminó yendo a urgencias para recibir una vacuna antitetánica, según la denuncia.
Alegó que el incidente lo llevó a sentir náuseas y a padecer diarrea durante varios días, y que ha luchado contra la ansiedad y la depresión en los meses siguientes.
Howie también afirmó en documentos judiciales que no podía comer carne y que ya no iba a cenar a restaurantes a menos que pudiera ver cómo se preparaba la comida.