Historia de un Personaje: Juan Ramón Villa Fernández ─ (Dr. Villa).
Llegué a Santiago Rodríguez como galeno por accidente en 1984, en plena patronales, yo estaba acabando mas que los Rosarios, quisquellitas a 10 pesos en el parque, no me daba por nadie.
Por: Juan Pablo Bourdierd
Sabaneta, Santiago Rodríguez, RD. Juan Ramón Villa Fernández – (el Dr. Villa), nació en Puerto Plata el 15 de julio del año 1957; sus padres eran: Juan Villa y Ana Mercedes Fernández; pero fue criado por sus abuelos: Andrea Villa y John Smith de origen de la isla, Turcas y Caicos.
El carismático Dr. Villa como es conocido en Santiago Rodríguez sirvió en el sector salud por 30 años de manera ininterrumpida; siendo jubilado en el año 2017 cuando era director del hospital municipal de Villa los Almácigos.
El galeno realizó sus estudios primarios y secundarios en el colegio Mary Lithgow en Puerto Plata, recuerdo muy bien a profesores del centro educativo como: Nene Rivera – exdirector de la Oficina Nacional de Transporte Terrestre – (Onatrate) en el periodo del expresidente Don Antonio Guzmán Fernández, con él fue la primera vez que visite a Santiago Rodríguez en el año 1973 al sepelio de una joven que se ahogó junto a su padre (de apellido Liberata) y una amiga; yo estudiaba con una hermana de la sabanetera.
También recuerdo al profesor Nene Rivera, porque nos llevó a Pontificia Universidad Católica y Maestra – (PUCMM) a una charla con un profesor para hablarnos de marxismo-leninismos, una ideología política que combina elementos del marxismo original de Karl Marx, centrado en la lucha de clases y la crítica al capitalismo, con el leninismo, que es la interpretación y adaptación de Vladimir Lenin enfocada en el papel del partido de vanguardia y el establecimiento de un Estado socialista. Se convirtió en la doctrina oficial de la Unión Soviética y otros Estados comunistas durante el siglo XX.
De igual forma recuerdo a otros profesores muy bueno como: Ángel Núñez de literatura, pero que impartía dibujo, asimismo otro de apellido Cunja – de francés; todos talentosos maestros, precisó Villa.
Anécdotas:
El colegio Mary Lithgow es un colegio evangélico con una edificación de dos plantas y nos ponían en hilera para cantar el Himno Nacional y orar; siempre habían traviesos, el director se llamaba Carlos Hernández y su esposa Graciela y él decía, Graciela, Graciela ven a ver a desgracio jodiendo; solo imaginen lo que venía, lo que me esperaba; de castigo parado en la pared, me tocaba escribir 300 líneas en mi cuaderno y que fuera firmar el tutor; también imaginen cuando llegaba a casa para que mis abuelos firmaran ese cuaderno, que me esperaba, nada sabroso; pero Dios siempre estuvo conmigo, no salir ladrón, tampoco me traumatice, gracias Señor por siempre estar conmigo aun yo no sabiéndolo, gracia, contaba Dr. Villa.
Otra vez me pasó una, fue una experiencia para el reto de mi vida, yo tenía una gripe con un pecho de cajón y en una actividad que tenía el centro educativo para el 27 de febrero, en ese tiempo se leía una composición por curso, la mejor, comencé querer toser; pero por vergüenza lo estaba reteniendo, y precisamente en un silencio total en el aula sonó ese trueno, ya sabrás la risa que hubo y yo sudando de la vergüenza, contó Dr. Villa.
Vocación
Estudié medicina por vocación, desde que estaba en el bachillerato iba al hospital Ricardo Limardo de Puerto Plata y aprendí a suturar, poner inyecciones, hacer partos; pero comencé a estudiar el 1 de diciembre del año 1975 y finalicé mis estudios en mayo de 1983.
Mi primer viaje a la frontera lo hice para acompañar a unos compañeros médicos: Gwardin Muza y Yoel Perdomo y porque la universidad les daba cinco puntos a quienes hacían pasantía en esa zona fronteriza.
Describe ─ Villa, en el 1979 conocí los efectos de los ciclones con: David y Frederich, un desastre total, todavía no había entrado bien a la isla, yo estaba tomando en un examen extraordinario la capital; una experiencia de nunca olvidar, eso se estaba acabando, nunca había visto, ni he visto nada con tanto poder, precisó Villa.
Mi primera experiencia, ya como profesional de la medicina en esta provincia debió ser momentánea, quizás una o dos horas, como mucho; pero me puse de contento y de sabrosón, cuando vi tantas gentes en el parque frente al ayuntamiento gozando, disfrutando y bebiendo quisquellitas a 10 pesos; la tranquilidad, la paz que me dieron los santiagorrodriguense a primera vista nunca la había tenido en ninguna otra parte, me gustó tanto que no había comenzado a trabajar y me iban a cancelar por pasarme de la raya, describió el Dr. Villa.
Mi ombligo en Santiago Rodríguez
Dice Villa ─ En el 1984 fui nombrado en comunidad de Mariano Cestero, Dajabón, pero me dijeron, primero llega al hospital de Santiago Rodríguez para que sea mas fácil llegar a tu destino; como característica especial del santiagorrodriguense me dieron buena acogida, me hice el chivo loco y me quedé; pero el 25 de septiembre me topo con el director regional de Salud Pública y me dijo, “yo pensaba que tú estaría allá trabajando, tiene dos días de plazo para no cancelarte”, así me dijo; con mucho pesar no me quedó de otra que, arrancar para allá, dejando atrás una gran provincia, buenas amistades; en esa comunidad duré hasta el 1 de mayo del 1985, así contó el DR. Villa a SabanetaSR. Luego fui nombrado en una clínica rural de El Pino, Dajabón, ahí duré hasta febrero de 1987.
Precisa ─ el galeno. No puedo dejar de contarle que en ese viaje vine con el chofer de guagua, “rafelito el vico”, desde el parque los Chachases; me recibió en el hospital el Dr. Delvillar, estaban en plena patronales, yo estaba loco acabando. Estas fiestas santiagorrodriguense del 1984 creo fueron las mejores patronales, la reina era por aplauso.
Dios en mi vida
Será que no me ha brindado Dios, me ha dado todo, me ha hecho comprender lo verdadero de ser bueno, no odiar y servir a los demás, el servicio a Dios es un servicio que a través de Él se le da a los otros, pero a través del amor y la misericordia, le recomiendo que busquen de Él, pero de corazón, y decirles que Dios nos llama y que debemos decirle que sí, y verás cómo cambia tu vida y la de tu familia, me arrepiento del daño hecho, de la burla, murmuración , rencor y le doy gracias a mi Señor por enseñarme a no hacerlo y si vuelvo a caer me enseña a pedirle, arrepentirme y no volver a caer, te enseña a levantarme y no mirar atrás.
Recientemente Juan Ramón Villa Fernández – (el Dr. Villa), la Congregación para la Educación Católica en las Normas Básicas de la Formación ordenó al ya santiagorrodringuense como diácono permanente
Dr. Villa ─ El jurista
También junto a un grupo de santiagorrodriguense fuimos de los primeros en egresar de la carrera de Derecho del Centro Regional del Noroeste – Extensión Santiago Rodríguez – UASD), hoy Universidad Autónoma de Santo Domingo – (Santiago Rodríguez) – Luego aquí en los años 1990 fui de los primeros, junto a Héctor Franco, Reynaldo Estévez, Denny Guzmán – fiscal, Ramón Emilio Núñez, Mon generes, Bienvenido y Marta Breton, Angelino Guzmán y otros, estudiar licenciatura Derecho y nos graduamos en el 1995.
El Dr. Villa, como se le conoce afectuosamente, es un ejemplo de dedicación y servicio a la comunidad. Sus 30 años en el sector salud dejaron un legado duradero en Santiago Rodríguez y los alrededores. Pero más allá de su carrera como médico, el Dr. Villa demostró que la vocación de servicio no tiene límites y puede manifestarse de múltiples maneras.
Hoy, como diácono, continúa impactando la vida de las personas, ofreciéndoles no solo cuidado y orientación espiritual, sino también un modelo a seguir. Su historia es un recordatorio de que, con pasión, dedicación y un corazón dispuesto, uno puede hacer una diferencia significativa en la vida de los demás y servir de múltiples maneras.