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Levantarse muchas veces cada noche para ir al baño impide dormir a pierna suelta. Esto ya es un buen motivo para sospechar que se trata de un problema que conviene consultar al médico. Pero no es la única razón: hacer demasiado pis por la noche puede ser una señal de alerta de que existe una enfermedad

Altice

Para valorar la frecuencia con la que se orina tanto durante el día como en el tiempo de descanso nocturno hay que considerar primero la cantidad de líquido que se ha bebido. Aunque se trata de algo totalmente lógico, muchas personas solo se dan cuenta de este detalle cuando acuden a la consulta del médico de cabecera o del urólogo. Carlos Errando, jefe de la Unidad de Urología Funcional, Femenina y Urodinamia de la Fundación Puigvert, cita la frase más recurrente de estos pacientes: “Me levanto varias veces por la noche a orinar y antes no lo hacía”. Cuando el facultativo pide a esa persona que apunte en un papel cuánto y cuándo bebe, en no pocas ocasiones resulta que ingiere más de cuatro litros de agua durante toda la jornada o que justo antes de acostarse se toma un té -que es diurético- o un buen vaso de leche

También hay quien bebe pequeñas cantidades de agua a lo largo de toda la noche. “Es necesario explicar estas cosas a los pacientes porque en muchas ocasiones, al final, compruebas que no tienen ningún problema”. En cambio, cuando la persona que acude a la consulta médica revela que ingiere una cantidad de agua dentro del rango de normalidad -por ejemplo, dos litros- durante el día, no toma ningún diurético antes de dormir y aún así se levanta varias veces, es cuando hay que empezar a sospechar la existencia de un problema médico.

Mucho pis por el día y una mínima cantidad de noche

El urólogo pone un ejemplo de patrón o frecuencia de micción nocturna que podría considerarse anómala: una persona que vaya tres veces al baño durante el día y se levante otras tres por la noche para hacer pis sin haber bebido una cantidad elevada de líquido.  “Esto es un desajuste”, asevera. 

En supuestos como ese es cuando se puede hablar de nocturia. Tal y como recoge la revista Medicina de Familia, de Semergen, en un artículo de revisión, “la nocturia es la interrupción del sueño principal, una o más veces, por la necesidad de micción. Se asocia a una disminución de la calidad de vida y a un aumento de la mortalidad”. No se trata de una enfermedad como tal, sino de “un síntoma complejo y multifactorial en el que intervienen 2 mecanismos fisiopatológicos causales principalmente, que ocurren solos o en combinación: poliuria nocturna o disminución de la capacidad vesical”.

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Según la definición estricta de este problema, un solo episodio de micción nocturna ya sería nocturia, pero entre los profesionales sanitarios existe el consenso de que no empieza a ser clínicamente significativa hasta dos o más episodios

Errando apunta la necesidad de valorar cada caso de forma individual y puntualiza que, en personas mayores (a partir de los 70 años de edad), se trata de una cuestión más fisiológica, ya que el propio envejecimiento lleva a la pérdida del ritmo circadiano que hace que la necesidad de orinar sea mayor durante el día y menor por la noche. “Es algo similar a lo que les sucede a los niños, que no tienen ese ritmo y por eso orinan tanto de día como de noche”. Por lo tanto, concluye el especialista, “en las personas mayores es un fenómeno bastante normal, de carácter hormonal y no se considera una patología”.

Hecha esta salvedad, el exceso de micción en personas jóvenes y maduras debe vigilarse. Ahora bien, ¿a partir de qué frecuencia nocturna se considera una alteración? “Hay que matizar muy bien qué es lo normal y qué no lo es”, señala Errando. Desde luego, hacer pis solo dos veces durante el día y seis por la noche sería un ejemplo de que algo no va bien, pero no siempre está tan claro. La existencia de un ritmo circadiano marca una menor cantidad de micciones por la noche. “Normalmente orinamos menos del 30% durante las horas de noche”, precisa Errando. “Si alguien orina en una mayor proporción durante la noche, tiene que ir al médico de cabecera porque puede deberse a diferentes enfermedades, como insuficiencia cardiaca o problemas hepáticos”, agrega.

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Causas de la nocturia

Una de las causas más típicas de esa elevada actividad miccional por la noche son los problemas circulatorios. Durante el día, la persona afectada acumula líquido en las piernas, lo que lleva a que se le hinchen los tobillos. Ese agua está secuestrada y no pasa por los riñones porque durante la jornada permanecemos prioritariamente de pie o sentados. “Por eso, el riñón no filtra; es como si estuviera deshidratado y, por ejemplo, el paciente orina solo en dos ocasiones durante el día”. Sin embargo, cuando se acuesta para dormir, adopta una posición que favorece que todo el líquido de las piernas se reabsorba y, al estar disponible, el riñón lo puede filtrar y, finalmente, llega a la orina”. De este modo, esa persona expulsará por la noche todo el líquido que ha acumulado durante el día.

Esta es una lista no exhaustiva de las posibles causas del exceso de micción durante la noche:

Tratamientos para el exceso de micción nocturna

El tratamiento dependerá de la causa de la nocturia y, en términos generales, la curación o mejoría de la enfermedad subyacente (cáncer de vejiga, diabetes, hiperplasia benigna de próstata, etc.) elimina o, al menos, mitiga la frecuencia urinaria nocturna. Además, los médicos suelen proporcionar una serie de pautas generales:

  • Restringir la ingestión de líquidos después de las seis de la tarde y eliminar el consumo de alcohol y cafeína.
     
  • Ajustar los horarios de ingesta de diuréticos u otro tipo de medicamentos que pueda provocar un aumento del flujo urinario.
     
  • Elevar las piernas por el día en caso de edemas (hinchazón) manifiestos o usar vendajes compresivos en las piernas.
     
  • Cuando así lo indique el médico, utilizar anticolinérgicos para reducir las contracciones involuntarias de la vejiga relacionadas con la vejiga hiperactiva.
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