El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, llamó al Consejo de Seguridad a diseñar un plan tras la solicitud de intervención del propio gobierno haitiano
El secretario general de la ONU, António Guterres, llamó este domingo a discutir de forma urgente la solicitud del Gobierno de Haití para el despliegue de una fuerza internacional en el país y propuso al Consejo de Seguridad posible fórmulas para dar apoyo de seguridad a la nación caribeña.
El país más pobre de las Américas atraviesa disturbios, saqueos, manifestaciones y un alarmante resurgimiento de cólera. Además, La violencia de las bandas armadas se han hecho fuertes en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, causando cientos de muertos y miles de desplazados.
“El secretario general sigue gravemente preocupado por la situación en Haití, que se enfrenta a un brote de cólera en medio de un deterioro dramático de la situación de seguridad que ha paralizado el país”, señaló el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, en un comunicado.
Por ello, el jefe de Naciones Unidas pide a la comunidad internacional, incluidos los miembros del Consejo de Seguridad, que consideren cuanto antes la petición de las autoridades haitianas para “el despliegue inmediato de una fuerza armada internacional especializada para dar respuesta a la crisis humanitaria”.
Esa fuerza se puede encargar, entre otras cosas, de “asegurar el libre movimiento de agua, combustible, alimentos y productos médicos de los principales puertos y aeropuertos a las comunidades e instalaciones sanitarias”, recordó el portavoz.
Dujarric dijo que Guterres remitió este domingo una carta al Consejo de Seguridad “con opciones para un apoyo de seguridad reforzado a Haití”.
El Gobierno haitiano acordó el jueves pedir a sus socios apoyo para el despliegue de esa fuerza con el objetivo de hacer frente a la grave situación que vive el país, donde bandas armadas se han hecho fuertes en la zona metropolitana de Puerto Príncipe y han bloqueado la principal terminal petrolera.
La ONU destacó este domingo que el bloqueo de esa terminal ha paralizado servicios críticos necesarios para impedir una rápida propagación del cólera, incluida la distribución de agua potable. “Una vez más, los sectores más vulnerables de la población haitiana son los más afectados. La prioridad debe ser salvar vidas”, señaló Dujarric.
Esta situación, añade la resolución gubernamental, se debe entre otras causas a “la inseguridad resultante de las acciones delictivas de las bandas armadas y de sus patrocinadores”. Se busca así conseguir “rápidamente un clima de seguridad que permita luchar eficazmente contra el cólera, favorecer la distribución de carburante y agua potable en todo el país, el funcionamiento de los hospitales, la reanudación de las actividades económicas, la libre circulación de personas y bienes y la reapertura de las escuelas”, detalla el texto.
El Consejo de Ministros adoptó esta decisión en una sesión extraordinaria “alarmada por el riesgo de una crisis humanitaria mayor debido al brusco resurgimiento del cólera, sumado al deterioro acelerado de la situación de seguridad en todo el territorio nacional”. Además, apuntaron, el bloqueo de las terminales petroleras por las bandas armadas tiene “consecuencias catastróficas en el funcionamiento de los hospitales, obligados a cerrar sus puertas”, y en “la disponibilidad de agua potable”.
El Consejo de Ministros considera “imperativo” reanudar la actividad para “evitar la asfixia completa de la economía” y desea que se consiga “un clima propicio para la organización de elecciones libres, transparentes e inclusivas”.
Haití lleva semanas inmerso en una aguda escasez de combustibles que, además de hacer escalar los precios en el mercado negro, ha obligado al cierre o suspensión de servicios hospitalarios, bancos y todo tipo de empresas, entre ellas las potabilizadoras de agua, en un momento en que esta es necesaria para evitar la expansión del cólera.
A ello se une la violencia de las bandas armadas que se han hecho fuertes en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, causando cientos de muertos y miles de desplazados, y unas manifestaciones antigubernamentales marcadas por los saqueos, en especial tras el anuncio del Gobierno de aumentar el precio de los derivados del petróleo.
La crisis social, económica y de seguridad que sufre Haití desde hace años se vio agravada por el asesinato, en julio de 2021, del entonces presidente Jovenel Moise.
Naciones Unidas estuvo desplegada en Haití una operación de mantenimiento de la paz entre 2004 y 2017 (Minustah), que se reemplazó por una operación mucho más limitada y centrada en apoyar el desarrollo de la Policía del país hasta 2019 y luego por una misión política y de asesoramiento a las instituciones.
La presencia de la ONU ha sido objeto de numerosas críticas en Haití, entre otras cosas al considerarse que la grave epidemia de cólera que se inició poco después del terremoto de 2010 tuvo su origen en un vertido de residuos fecales a un río por parte de cascos azules.
El pedido completo publicado en el Diario Oficial de la República de Haití, Le Moniteur: