POR RAFAEL MÉNDEZ
En frontera “la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos,
diagnosticarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los
remedios equivocados”.
Me tomo la licencia de construir el título de este artículo de la
estrambótica podríamos decir satírica definición de política que hace
el actor Groucho Marx, uno de los más famosos humoristas
norteamericanos de todos los tiempos, y que, como fronterizo, y por mi
condición de pasado legislador, me dio la oportunidad de interiorizar
sobre la problemática de la región que geográficamente nos divide con
Haití.
Y lo hago porque entiendo que, aún cómo satírica, se ajusta
perfectamente a lo que históricamente ha estado pasando, y sigue
sucediendo, en la demarcación dominico-haitiana en cuyo terreno se ha
vuelto endémica, y hasta axiomática, la visión sobre la política del
humorista Groucho Marx de que “la política es el arte de buscar
problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después
los remedios equivocados”.
Aunque antes de continuar, y aún cuando no parezca necesario, debo
aclarar que esa referencia a la política del humorista Groucho Marx no
es una definición científica, ni filosófica, ni mercadológica, ni
mucho menos doctrinaria. Se trata de una sátira (la calificación es
del suscrito), que hace Groucho Marx, porque al parecer no le
simpatizaba ni la política ni los políticos del momento.
Más que el Álgebra de Baldor
Alguien también en tono satírico, en una reunión de la Comisión
Permanente de Frontera de la Cámara de Diputados, se le ocurrió la
ingeniosa frase de que la problemática fronteriza se había estudiado
más que el Álgebra de Baldor, un libro de texto que se había publicado
en 1941 y que se usaba en el primero del bachillerato, de la autoría
del matemático, profesor, escritor y abogado cubano Aurelio Baldor de
la Vega.
La persona de referencia no era diputado, pero sí un técnico
dominicano de alta calificación, que servía a organismos de asistencia
nacional e internacional, y a quien con mucha frecuencia se le
invitaba a reuniones de la referida Comisión para escuchar su opinión
sobre determinado proyecto que tuviera que ver con la frontera.
Su exclamación era un dejo de frustración y hastío por lo
históricamente reiterativo, hasta el cansancio, de las llevadas y
traídas alternativas de soluciones para la frontera y que siempre se
quedan en enjundiosos planteamientos de los gobiernos, en los más
diversos cónclaves y organismos nacionales e internacionales, en
libros, tesis y monografías, en los que se visualizaba con claridad
meridiana la superación de las condiciones de extrema precariedad
material en la que los residentes de la regional desenvuelven su
existencia.
Empero, la problemática económica, social, medioambiental, de
seguridad y toda índole se expande en esa hermana nación y en la
frontera que nos separa “geófilamente”, caracterizada por la anarquía,
el tráfico de todo de quienes les corresponde salvaguardar ese
espacio, en tanto en la hermana nación se debate en total anarquía, en
un país que parece inviable, en un Estado fallido.
En tanto, siguen proliferando los planteamientos teóricos, con las más
estrambóticas alternativas de solución, sin que se materialicen
acciones que de verdad transforme esa preocupante y hasta penosa
realidad en Haití, y en la zona fronteriza donde se debaten al mismo
tiempo la miseria y la anarquía en la que los integrantes de doce
organismos del Estado dominicano pagan por estar en ese terraplén, en
el que todos saben que les va muy bien, que compran los puestos y
aportan a sus inmediatos.
Las fantasías del Gobierno
Nadie en este país puede cargarle a este gobierno la culpa de la cada
vez grave situación de la problemática fronteriza, y mucho menos de la
actual realidad del vecino país, pero si se puede afirmar que es el
gobierno que más ha anunciado soluciones que se han vuelto puras
fantasías, como aquello de asegurar que existe un efectivo “cuidado”,
y “la integridad del territorio nacional y el desarrollo integrar de
la frontera”, están a buen resguardo.
En tanto en Pedernales hay quejas generalizadas de que todo lo que el
gobierno ha estado anunciado como obras que entran de inmediato en
ejecución se han quedado en picazos y las buenas intenciones.
Lo que el gobierno destaca como la promulgación de la Ley de Incentivo
Fronterizo como uno de los grandes aportes a la región, en los hechos
y la realidad lo único palpable ha sido la actualización de esa
legislación, y que al título de la misma se le agregara el término
“integrar”.
Pero la más resaltante de las fantasías de este gobierno, y que en
Dominicana nos lo creímos, y también en el extranjero, fue el anuncio
de que en la frontera se colocaron doce mil soldados para contener el
flujo masivo de haitianos hacia la República Dominicana.
POSDATA
“Trujillo ha trazado también, en materias de enorme trascendencia para
el pueblo dominicano, rumbos políticos que se pueden considerar ya
irretractables. Así, ningún gobernante dominicano podrá variar mañana,
sin incurrir en una grave responsabilidad ante la historia, la
solución dada por Trujillo al problema de la nacionalización de
nuestras fronteras con Haití” … Joaquín Balaguer- Palabras Marginales-
El pensamiento vivo de Trujillo.