El presidente ruso Vladimir Putin negó el jueves toda responsabilidad de Rusia con el riesgo de la crisis alimentaria mundial, al recibir a su homólogo indonesio Joko Widodo, cuyo país asume la presidencia rotativa del G20.
“No pusimos ninguna restricción para la exportación de abonos, ni la de los productos alimentarios”, dijo Putin al recibir a Widodo en el Kremlin un día después de una visita del presidente indonesio a Ucrania.
Putin responsabilizó a las sanciones occidentales impuestas a Rusia que, teniendo como objetivo especialmente a los propietarios de empresas productoras de abonos, hacen “difícil” el suministro de algunos productos a nivel internacional.
Rusia “no pone trabas tampoco a la exportación de trigo ucraniano”, aseguró Putin, y agregó que Rusia está “en contacto permanente” con el organismo de la ONU encargado de este asunto.
El conflicto en Ucrania afectó el equilibrio alimentario mundial, haciendo temer una crisis que afectará particularmente a los países más pobres.
Ucrania, gran exportador de cereales, especialmente maíz y trigo, vio su producción bloqueada por la ofensiva militar de Moscú.
Rusia asegura que dejará salir los barcos ucranianos cargados de productos alimentarios si el ejército ucraniano realiza el desminado de sus vías marítimas, una opción rechazada por Ucrania, que teme por la seguridad de sus costas del mar Negro.
Por su parte, Rusia, otra potencia en cereales, no puede vender su producción y sus abonos debido a las sanciones occidentales que afectan sectores financieros y logísticos.
El Kremlin anunció esta semana que “respondió positivamente” a la invitación a la cumbre del G20 que se llevará a cabo en noviembre en Bali, Indonesia, sugiriendo que Putin espera estar presente allí.
Los países occidentales, encabezados por Estados Unidos, presionan a Indonesia para que excluya a Rusia de ese encuentro al que Ucrania también es un país invitado.