La emigrante dominicana Juana Esperanza Soriano viuda Perdomo de 61 años de edad, murió el lunes en la noche de un balazo en la espalda durante el fuego cruzado de cuatro jugadores callejeros de baraja armados que discutían por una jugada de las “Tres Cartas” y uno de ellos disparó contra otro, pero el plomo impactó a la dominicana que caminaba a comprar algo a un delicatesen.
Era nativa del pueblo turístico de Boca Chica en la provincia Santo Domingo, República Dominicana.
Frente al negocio situado en la calle 188, entre avenidas Creston y Grand Concourse en El Bronx, quedaron espesas manchas de sangre por la hemorragia externa sufrida por la viuda, madre de dos hijos, con varios nietos y que llegó desde República Dominicana a Nueva York hace más de 30 años.
Su esposo murió hace dos años en su país natal por COVID-19, informaron familiares.
Los detalles de la muerte fueron ofrecidos por la comisionada del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), Keechant L. Sewell y otros altos oficiales quienes dijeron en conferencia de prensa ayer martes que la víctima, iba caminando hacia el delicatesen para comprar algo, cuando en el área del negocio, los jugadores comenzaron a discutir y uno de ellos abrió fuego sin alcanzar el objetivo, la bala, impactó la espalda de la viuda.
La policía dijo que el incidente ocurrió después de las 7:00 de la noche.
A la conferencia de la uniformada asistieron el concejal dominicano del distrito 15 Oswald Feliz y la concejala Pierina Sánchez, quienes deploraron la violencia armada en la ciudad y la muerte violenta de Soriano.
Feliz dijo que el alcalde trabaja en el plan de seguridad pública y que la gobernadora Kathy Hochul incluyó en el presupuesto 2023 una partida para reforzar el combate al crimen y la delincuencia.
Cuatro de ellos son buscados activamente por el NYPD que está pidiendo la cooperación de los comunitarios para dar con sus capturas.
Afiches de la unidad Crime Stoppers del NYPD ofreciendo una recompensa fueron colocados en sitios públicos anunciando la búsqueda del cuarteto de los cuales, ninguno había sido identificado al cierre de esta crónica.
La noche de ayer martes se realizó una vigilia en memoria de la viuda dominicana asesinada, en la que participaron activistas comunitarios y oficiales electos, quienes coincidieron en rechazar el escenario de sangre que baña las calles de Nueva York, y especialmente de El Bronx.
El propietario del delicatesen, Adel Nasser de origen musulmán aclaró que los hombres armados se enfrentaron a varias cuadras de su negocio y que no fue en su establecimiento que se originó el tiroteo.
“Es otro acto de violencia sin sentido en las calles de la ciudad”, dijo la comisionada Sewell, durante la conferencia. “Tiroteos sin sentido sin pensar ni temer las consecuencias”, añadió la comisionada.
El subjefe del NYPD Erik Hernández dijo que al menos dos hombres sacaron armas y uno de ellos apretó el gatillo.
“En algún momento se apuntaron entre sí con varias armas, con una pistola que verificamos que disparaba hacia la avenida Grand Concourse golpeando a nuestra víctima”, dijo Hernández a los reporteros.
Los policías que respondieron a la escena aplicaron los primeros auxilios a la viuda mientras esperaban a los paramédicos, dijo Hernández.
Fue transportada al hospital Saint Barnabas en El Bronx, donde fue declarada muerta.
Los sospechosos huyeron a pie hacia el sur de la avenida Creston.
Todavía ayer martes los investigadores estaban hurgando en el área en busca de testigos, imágenes de vigilancia y evidencia física.
Cuatro casquillos de balas fueron recuperados en la escena.
Por Miguel Cruz Tejada