José Rafael Sosa
La versión dominicana de La Golondrina tiene poco que envidiar a las ofrecidas por talentos de España (incluyendo a Carmen Maura a quien vimos en Madrid haciendo de Amelia), México, Buenos Aires y Santa Fe de Bogotá, en cuyas funciones abarrotaron de público con la anuencia de la crítica especializadas. La pieza se vuelve a montar desde este viernes en Sala Ravelo.
Escrita por el dramaturgo y Premio Nacional de Teatro 2020 en España, Guillén Clúa, militante LGTBI, La Golondrina ahora se tiene la oportunidad de disfrutar de dos interpretaciones, las de Xiomara Rodríguez y Josué Guerrero, llamadas a ser ponderadas por cualquier jurado de cualquier premio al arte teatral.
El montaje es un concierto de dos actuaciones protagónicas que giran en torno al poder del amor, el perdón, la inclusión, la trascendencia ante lo trágico , el encuentro vital y la necesidad de tolerancia como valores esenciales y digno de ser estudiado por profesores y estudiantes de artes escénicas, en especial.
La pieza es un homenaje a las 49 víctimas del crimen de odio contra los homosexuales más terrible en territorio norteamericano, cuando un hombre penetró al bar Pulse, de Orlando y disparó contra todos los presentes. Inspirado directamente en el ataque terrorista del bar “Pulse” de Orlando (EE.UU.
El criminal tras ametrallar en el espacio de baile, fue incluso a los baños y concluyó su terrible tarea. “Mami, voy a morir” fue el último mensaje registrado de una de las víctimas del ataque).
El otro viacrucis
El espectáculo teatral ha tenido su propio viacrucis: tres posposiciones del estreno por la pandemia, meses de ensayo en un espacio resguardado del virus, una procura de patrocinadores que en oportunidades fue frustrante y que logró finalmente respuesta, y una suspensión de una de sus tres funciones el pasado fin de semana pasado por los efectos del aguacero y ventarrones de la tormenta Fred.
Pese a su calvario, llevado con orgullo por su productor Raúl Méndez, La Golondrina”, vuelve a la Sala Ravelo del Teatro Nacional desde este viernes.
Teatro de calidad
Esta pieza es parte de un restablecimiento del espectáculo teatral de calidad, ciclo del que forman parte Metamorfosis (Carlos E. Martínez/Puntozeta, A puertas cerradas (Carlos Espinal/Teatro Nacional y Deshacer la casa (Gianni Paulino/Atrévete SRL).
Al final del montaje se ofrece la canción (versión dominicana de Frank Ceara) La Golondrina, que escuchada por el autor, confeso desde Barcelona, que era indudablemente la mejor de cuantas se habían adaptado en los diversos escenarios internacionales.
La escenografía es de Fidel López.
Sinopsis
La historia: Amelia, una severa profesora de canto, recibe en su casa a Ramón, quien desea mejorar su técnica vocal para cantar en el memorial de su madre fallecida recientemente.
En el curso del entrenamiento vocal, surgirán los verdaderos motivos de la presencia de Ramón en la casa de la maestra.