El crecimiento sostenido que exhibe la candidatura de Editrudis Beltrán para alcanzar la rectoría de la Universidad Autónoma de Santo Domingo es indudable e indetenible. Tengo en antelación, que se encamina sólidamente a convertirse en el próximo inquilino de la Primada de América para el cuatrenio venidero.
Pues bien, todos los estudios internos y externos que, hasta el momento, se han hecho revelan una ventaja competitiva extremadamente cómoda. En todo caso, las mediciones a las que me refiero se realizan periódicamente desde que concluyeron las votaciones que escogieron a las autoridades. Y más aún, la comprobación de los resultados evidencia un incremento progresivo e inconmensurable a un año del proceso electoral por venir. Por supuesto, en este contexto y visto en proyección la victoria está segura en primera vuelta.
Así es, porque si las elecciones de autoridades de la universidad del Estado fueran hoy, no hay duda, el maestro Editrudis Beltrán ganaría con más de un 60 por ciento de los votos válidos emitidos. Según las encuestas a la que hemos tenido accesibilidad.
Cabe añadir, que lo anterior expresado ha sido logrado por el comportamiento y proceder de Editrudis, antes, durante y después de las elecciones pasadas. La manera humana, solidaria y condescendiente que exhibe y platica le ha granjeado simpatía y propensión a su persona. Tanto en la UASD como fuera de la misma.
De ahí que, en parte, son estas prendas morales y conductuales las que colocan a Editrudis Beltrán en camino irreversible y definitivo a la dirección de la institución. En ese orden, una de las personas que ha comprobado las características que describo y que adornan al próximo rector es doña Emma Polanco.
En efecto, siempre la ha distinguido y tratada con respeto, estima y consideración. Así también, en la campaña electoral siempre mantuvo una comunicación fluida, afable y cordial con doña Emma Polanco. Con la cual se enfrentó de Tú a Tú para obtener el laurel.
En ese sentido, doña Emma y Editrudis son dos auténticos académicos de asombrosa valía y merito que honran y enaltecen la Cuatricentenaria Casa de Altos Estudios. Así pues, la historia lo colocará en un pedestal elevado. Estas cualidades constituyeron la plataforma para que el último certamen electoral se hiciera de manera organizada y civilizada. De modo semejante, instituyeron un stop para los desórdenes del pasado y un modelo de responsabilidad y decoro para seguir en el futuro.
Desde luego, repito, ese ejemplo loable y encomiable desdice y decae a lo que ocurría y estábamos acostumbrado en pasadas elecciones de autoridades. El Campus Universitario se convertía en un escenario de combate, aguerrido y de enfrentamientos estériles, virulentos, y vergonzosos que laceraban y vulneraban la buena imagen de la universidad.
Por otra parte, y en lo concerniente a la campaña electoral transcurrida tuve la impresión de que en el triunfo de doña Emma jugó un papel preponderante su condición de mujer. Siempre pensé que la ventaja competitiva estaba fundamentada en el género. Además, de que no era una mujer cualquiera, sino una ciudadana de prestigio y que goza de la popularidad y de favor, al igual que Editrudis, de profesores, estudiantes y empleados.
Y más aún, otra razón digna de consideración, es que se trataba de la primera mujer que en cuasi 500 años de historia uasdiana tuvo el temple, el coraje y la intrepidez de lanzarse a la consecución de la rectoría de la UASD. Y lo logró con creces.
A propósito de lo dicho, independiente de su capacidad y prestigio profesional, las dos razones antes mencionadas tuvieron un peso específico en la ventaja competitiva que pudo observarse en las elecciones pasadas.
Dicho esto, me viene a la memoria el famoso intelectual, poeta, dramaturgo y novelista Francés, Víctor Hugo, considerado como uno de los más importantes en lengua francesa. En su producción literaria “Hombre y mujer” describe las características de ambos seres humanos. Expresa el autor que” el Hombre tiene la supremacía, la mujer la preferencia. La supremacía significa fuerza, la preferencia representa el derecho. El hombre es fuerte por la razón: la mujer es invencible por las lágrimas. La razón convence, las lágrimas conmueven “
Pero, independiente de lo antes señalado, Editrudis aceptó el reto y compitió, como regularmente se dice, con alma noble y de buen talante. No obtuvo la corona. Antes bien, quedó en los pensamientos de los profesores, estudiantes y empleados de que encabezó una excelente candidatura que hoy es un referente positivo e inequívoco.
También, es importante destacar que antes las desventajas que favorecían una parte de la competencia en el proceso electoral, siempre, Editrudis, mantuvo el respeto, la estima y el afecto a la dama con la cual competía para alcanzar la rectoría.
Por supuesto, ese aprecio esta tan enraizado en el próximo rector de la universidad del pueblo, que en el cierre de campaña de su candidatura tramitó una invitación especial a doña Emma. Aunque no venga a cuento, insisto, esa invitación tenía como objetivo que ambos bailaran un deleitoso y agradable merengue. Pero, la doña se excusó y envió un representante.
Más aún, tras el triunfo de doña Emma Polanco, inmediatamente, Editrudis reconoció el mismo. Y no solo eso, sino que ha hecho una oposición constructiva y fructífera para beneficio de la familia universitaria. E, inclusive contribuyendo con la buena marcha de la universidad. Incluso, proponiendo soluciones a dificultades que se han presentado. Por consiguiente, Editrudis Beltrán, ha demostrado ser un auténtico académico y un hijo legítimo de la Universidad más Vieja del Nuevo Mundo.
Él estima que cualquier problema que tenga la institución no es un problema particular de ella. Pues, se trata de un inconveniente para él y de todos los buenos hijos del Alma Mater, porque, en consecuencia, es propiedad de todos. En una ocasión expresó que” Sí, claro, todos debemos encarar y buscar alternativas de soluciones a lo que pueda presentarse e impedir la buena marcha de la universidad ya que es patrimonio del pueblo dominicano.”
A fin de cuentas, las condiciones están dadas y el camino expedito que conducirá a Editrudis Beltrán a la rectoría esta alfombrado. Que nadie lo dude.
Por Tony Espinal